Los Enigmas del Cerebro
Aunque no lo podamos creer, las mejores oportunidades que tiene la ciencia para avanzar son los mecanismos que tienen las enfermedades más crueles.
Freud elaboró toda su teoría del inconsciente a través del estudio de la psicopatología, principalmente de la histeria; la enfermedad de Parkinson muestra cómo el movimiento del cuerpo es controlado por el cerebro y gran parte de lo que se conoce sobre la memoria se debe a las investigaciones sobre el Alzehimer.
Los descubrimientos sobre el Ictus cerebral o accidente cerebrovascular, está ayudando a los científicos a mantener vivas las células dañadas del cerebro. Esta posibilidad abriría un gran horizonte de posibilidades, desde llegar a reparar una médula espinal hasta revertir un daño cerebral.
Con referencia a la enfermedad de Parkinson ya se están poniendo en práctica una nueva terapia genética para terminar con los temblores, inyectando genes directamente en el cerebro, y puede resultar más efectiva que la administración de medicamentos.
En cuanto a los coágulos de sangre que provoca el ACV (accidente cerebro vascular) se ha comprobado que la saliva de los murciélagos es un elemento eficaz para disolverlos.
En 2007, a un paciente que estaba en coma desde hacía cinco años, en estado vegetativo, le fue implantado en el cerebro un sistema de estimulación eléctrica que le devolvió la conciencia.
Pero por ahora, este tipo de terapias sólo logran aliviar los síntomas pero no curan, ya que los científicos se tienen que enfrentar al órgano de mayor complejidad del cuerpo, que es el cerebro, que aún oculta más secretos de los que ha revelado, y no se han conseguido saber aún cómo funciona exactamente para llegar a conocer las causas fundamentales de las enfermedades.
Ted Dawson, neurocientífico de la Universidad Johns Hopkins de Estados Unidos está empeñado en conocer la base molecular de estas enfermedades.
Es necesario decodificar el proceso de mutación de las proteínas que provocan enfermedades como el Parkinson o el Alzheimer para encontrar el medicamente adecuado para atacar a la molécula que se desvió de su función.
Justo en los efectos más devastadores de estas enfermedades, como la ceguera, la demencia y la pérdida del control físico se pueden hallar las respuestas que se están buscando.
La depresión es una de las principales causas de incapacidad en el mundo; por ejemplo, en la Unión Europea ocurre un suicidio cada 17 minutos al año.
En 2006, fueron recetados más de doscientos millones de pastillas antidepresivas por médicos europeos. Pero estos medicamentos no tienen el mismo efecto en todas las personas y sólo el 28% obtiene una mejoría después de los catorce días de tratamiento.
En este momento lo más indicado para estos casos es someter al paciente a una terapia cognitivo conductual combinada con medicamentos y ejercicios aeróbicos.
La causa orgánica de la depresión aún no se conoce pero en principio parecería que se trata del crecimiento de células atrofiadas en el cerebro que no pueden conseguir realizar las conexiones neuronales con otras células.
Si se pudieran crear células sanas, más fuertes y activas, por ejemplo, inyectando genes en el cerebro que hagan posible el crecimiento de nuevas células, se podría lograr recuperar la memoria en las enfermedades que tienen comprometida esas áreas que aparentemente se encargan de esa función.
Otra posibilidad que se está investigando es la estimulación eléctrica cerebral con electrodos para mejorar la comunicación química entre las células.
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