¿Estaré obsesionada o enamorada?


La incógnita no es fácil de dilucidar, porque son muchas las emociones y expectativas involucradas. Debemos dimensionar el amor como un sentimiento de libertad y confianza, mientras un afán obsesivo devela la negación de lo anterior y una inmadurez emocional latente. Encuentra aquí las claves para aclarar esta recurrente duda femenina.




“Lo llamo y no contesta, le dejé mensajes ¡y nada! Si no me responde, lo buscaré en su trabajo o donde sea. El será mío tarde o temprano… Aunque no lo entienda somos uno para el otro y haré lo que sea para que estemos juntos��?.

Si el relato te resulta cercano por experiencia propia o de amigas entonces sabrás lo que significa el tener a otra persona entre ceja y ceja, como un objetivo a conseguir contra viento y marea.

¿Lo quieres tener contigo o lo amas?, es la duda latente en estos trances amorosos, cuando no queda claro si lo que sentimos es amor puro o más bien un sentimiento de pertenencia.

Discriminar si es una u otra no es sencillo, menos cuando está de por medio un sinnúmero de emociones que no sabemos diferenciar. Pero este dilema frecuente entre las mujeres tiene respuestas. El destacado psicólogo Giorgio Agostini entrega las claves para dilucidar esta aflictiva duda.

“La diferencia entre amor y obsesión es enorme. En el primer caso, además de un profundo sentimiento, implica la libertad y respeto por los espacios del otro. En cambio en la obsesión se presenta un afán de pertenencia y una idealización de la otra persona��?, explica el especialista en terapias de parejas.
Pretender un control absoluto e idealizar al otro son, en opinión del psicólogo, actitudes que delatan a una persona obsesiva en las relaciones de pareja.

Perfil

Dos son las características preponderantes en personas obsesivas. Una personalidad narcisista, en la que ella o él se consideran imprescindible y necesario para el otro.

El otro rasgo común es la dependencia emocional, el no poder asumir su vida sin la otra persona. Además es usual que sean personas inmaduras en lo emocional, por eso se obsesionan y no aman de verdad. En este caso pueden recibir apoyo psicológico para crecer en lo emocional y no estancarse en su desarrollo personal.

“Cuando se está obsesionada se pretende ser dueña del hombre, y no amarlo con la libertad y confianza inherentes a este sentimiento. Se persigue y controla al pretendido, mientras el hombre la esquiva más ella se obsesiona. En la obsesión no vemos la realidad, sino una imagen idealizada y por lo tanto falsa de la otra persona��?, dice el especialista.

Un aspecto oportuno de esclarecer es qué busca en el ser amado o pretendido. “Por lo general las mujeres que se obsesionan con un hombre buscan en él al amante ideal, o al papá que de una u otra forma no estuvo presente. Pero bien sabemos que las personas ideales no existen, tampoco se puede reemplazar la imagen paterna. Cuando se ama en cambio se busca una persona para compartir, confiar y para crecer en libertad��?, aclara el reconocido profesional. “El afán posesivo se manifiesta con la pretensión de controlar los tiempos y espacios del otro. Por ejemplo saber con quien anda e incluso pretender filtrar su círculo de amistades o personas con quienes frecuenta��?, prosigue el doctor Agostini.

La relación obsesiva se hace más notoria y manifiesta cuando se pierde la pareja. Entonces la aflicción y el deseo compulsivo de recuperar esa relación se hacen evidentes. Se trata de retener a la persona como sea, sin importarles lo que sienta o quiera el otro. En ese aspecto, según el doctor Agostini, hay un sesgo de personalidad narcisista y egocéntrica.

Cambio Positivo

Pero a veces ante la pérdida se puede revertir la obsesión y convertirla en amor, siempre y cuando la persona que quiere recuperar la pareja reconozca sus errores, cambie de actitud y respete los espacios del otro. Ese cambio profundo es una muestra de amor, una prueba honesta de querer amar en libertad.

Para el psicólogo y sociólogo Giorgio Agostini, la ayuda de amigos y la eventual terapia psicológica pueden ser necesarias para aprender a amar.

“Lo primero es reconocer que te has equivocado, que has alejado con tus obsesiones a tu pareja. Luego de asumir esta responsabilidad es oportuno saber escuchar los consejos de buenos amigos, pero de personas emocionalmente maduras que sepan orientar. Si esta ayuda no es suficiente se puede acudir a la consulta del psicólogo, quien ordenará este desorden emocional y orientará al paciente��?, sugiere el profesional.

“En todo caso siempre está el riesgo de que la otra persona se canse y se defraude, de que a pesar del cambio de actitud su paciencia se agote y ya no quiere otra oportunidad para intentarlo. Pero en este mal escenario de todos modos hay otra oportunidad, que es aprender la lección y no volver a cometer los mismos errores en una próxima relación. Nadie nace sabiendo, y el amar también es una experiencia que se aprende en la vida?

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