Educando nuestras emociones


Educando nuestras emociones

La tristeza, el miedo, la furia y el odio son alteraciones pasajeras del ánimo, pero son intensas, van acompañadas de cambios en tu cuerpo y te provocan efectos involuntarios como expresiones faciales, temblor, sonrojo, sudoración, respiración agitada, dilatación de las pupilas y aumento del ritmo cardíaco. Pero si sabes educar estas emociones, pueden convertirse en una de las mejores armas para alejarte del malestar y llevarte a la felicidad, porque todos tenemos la capacidad de trabajar con nuestra inteligencia emocional, sólo necesitamos percibir nuestras emociones, comprenderlas, expresarlas y canalizarlas en nuestro beneficio…

Enriquece tu salud y tu trabajo

Cuando logras dominar tus emociones, mejora tu salud física y mental, dice el profesor de Psicología de la Universidad de Málaga y experto en inteligencia emocional, Pablo Berrocal. Pero, ¿cómo lograrlo? Sigue estos tres pasos:

1. Evalúa tu nivel de inteligencia emocional. Pregúntate si expresas bien tus emociones o las reprimes, si sabes aprovecharlas para potenciar aspectos positivos como tu creatividad y capacidad de decisiones, si comprendes tus emociones confusas como los celos o la vergüenza.

2. Aprende a vivir tus emociones. Siente profundamente la alegría y la felicidad, pero también el estrés, el enojo y el miedo, y demuéstrate que puedes canalizarlas hacia algo positivo como la habilidad para darle fortaleza a los demás en una situación muy difícil, al comunicar malas noticias o al escuchar a los demás cinco minutos más. Esto mejorará tu relación con los demás y aumentará los aspectos positivos de tu trabajo, sobre todo en situaciones de estrés.

3. Intuye cómo se sienten los demás. Para mejorar tus relaciones interpersonales, trabaja en intuir cómo se sienten los demás. Recuerda que con lo que hacemos y dejamos de hacer, todos regulamos las emociones de los demás, todos los días y de forma involuntaria.

Las emociones más profundas

Lo que hace que elijas lo que quieres, tomes decisiones, busques soluciones y te movilices siempre son conflictos relacionados con tus emociones más profundas como el miedo, el amor y la adicción, según la psicóloga Patricia Martínez, experta en Psicoterapia Psicoanalítica.

El miedo. Una de las emociones más nocivas es el miedo al futuro, a la soledad y a la inseguridad económica.
El amor. Es nuestra mayor aventura emocional, y la dependencia hacia nuestra pareja y el miedo a su rechazo o abandono atentan contra nuestra estabilidad.
La adicción. Otra fuerte emoción es la esclavitud ante ciertas ideas o conductas no deseadas que repetimos y de las cuales no podemos liberarnos.

Fuente:
http://www.revistabuenasalud.cl/

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