Conversaciones exitosas


“¡Compra verduras para la cena!”, “ ¿Cómo no terminaste lo que te encargué?” “Esta mujer está desarreglada…” . Como la conversación se inmiscuye en cada tarea que hacemos, no somos concientes de los juicios que emitimos al hablar y mucho menos del tono en que lo hacemos. Esto puede provocarnos algunos problemas en nuestra relación con los demás y también puede conducirnos a cometer errores irreparables.

Durante todo el día, desde que nos levantamos hasta que nos acostamos, conversamos con quienes nos rodean: pareja, hijos, padres, hermanos, amigos, compañeros de trabajo, vecinos, en el colectivo, en la universidad, en la escuela, con los desconocidos… ¡hasta solos! Todo el tiempo estamos hablando. Por ello, es preciso que descubramos la fuerza que posee el poder de las palabras y, especialmente, cuidar lo que hablamos, porque en nuestro discurso está escrito nuestro éxito o fracaso en la vida.

Todo por perder o por ganar

Muchos de nosotros hemos perdido mucho por no saber manejar con corrección nuestro hablar. Como nuestro mundo funciona gracias a las palabras, podremos recuperar lo perdido si sabemos conversar. Las palabras nos hacen tomar malas decisiones, y también nos hacen recuperar lo importante. Por eso debemos ser buenos conversadores.

Errores básicos que nos impiden ser buenos conversadores:
Hablar con mal tono. Podemos decir lo correcto con el tono incorrecto. La gente no oye lo que le decimos sino cómo se lo decimos. Por eso, para ser un buen conversador, necesitamos aprender que es importante lo que decimos pero aún más es cómo lo decimos.
Hablar en el momento incorrecto. Muchas veces decimos lo correcto en el momento incorrecto, y nos equivocamos. Cuando estamos enojados, cuando es tarde o estamos cansados, cuando no hay tiempo o por teléfono (lo importante no debe hablarse por teléfono porque, muchas veces, es peor).
Hablar sin haber escuchado al otro. Pensamos que el otro nos dijo algo y reaccionamos, cuando en realidad se expresó mal o lo interpretamos mal. La mayoría de los conflictos son porque nos apresuramos al interpretar y no oímos al otro. No tomamos el tiempo necesario para chequear la manera en que el otro se expresó o si nosotros escuchamos bien.
Utilizar las palabras incorrectas. Cuanto más importante es la conversación, la persona o situación que está en juego, más tiempo debemos invertir en preparar las palabras que vamos a decir.
Por querer ganar discusiones. Hay gente que solamente manda, presiona, insiste y hasta grita sólo porque quieren ganar. Lo recomendable es no reaccionar mal porque, así como respetas las opiniones de otros, ellos respetarán las tuyas.

Cómo ser un buen conversador

El gran problema de muchos es el aislamiento. Los buenos conversadores nunca pierden el contacto con la gente. Por ello, nunca se aísle y no pierda el contacto sea quien sea esa persona.

No espere que lo inviten ¡Invítese solo! Dígale a su amigo: “hoy me invito a tu casa, prepara una rica cena”.

Por otra parte, la escucha empática puede hacer que sucedan cosas extraordinarias: ¿Le gustaría cambiar a tu hijo? Para ello, debe saber conversar con él. ¿Quiere cambiar a su marido, esposa, o suegra, o a tu jefe? Converse sabiamente y escúchelos empáticamente.

Las personas hemos perdido algo que debemos recuperar: el amor y el respeto entre nosotros… No perdió a su esposa sino el respeto que le tenía; no perdió a sus hijos, sino el amor que les guardaba. No perdemos a la gente directamente sino que primero, perdemos el respeto y el amor hacia ellos.

Por eso, la única forma de recuperar lo perdido es conectarse con amor y respeto de este modo, aprenderás a conectarte sabiamente. Sólo con cuidar nuestro hablar ya seremos sabios porque la sabiduría está cerca de quienes la respetan.

Reflexión

Ejercicio de autoevaluación.

Cuando se acerca a hablar con alguien, ¿Qué percibe la gente de su parte? ¿Un policía moral? ¿Una maestra ciruela? ¿Un negativo quejoso? ¿Un egocéntrico? ¿Un mete culpas? ¿Un trasmisor de respuestas prefabricadas? ¿Un presionador? O, por el contrario alguien flexible y respetuoso, un aprendiz que comparte su sabiduría humildemente, una persona generosa, abierta… En el mundo todo funciona por palabras, la vida y la muerte están en ellas. Si sabemos hablar con las palabras y la actitud correcta, tendremos éxito. Recuerde: las palabras nos hunden o nos levantan.

No hay comentarios :