Adolescentes eternos: ¿Por qué no se van de la casa de los padres?


Están cómodos, instalados en un hotel cinco estrellas, con amor incluido. Son el fruto de la “adolescencia prolongada” adultos treintañeros de los que los padres no pueden liberarse…¿o no quieren?

En la actualidad cada vez es más frecuente encontrar adolescentes que peinan canas, y la pregunta del millón es ¿qué pasa? ¿Por qué no se van de la casa de los padres?, Argumentamos que el problema es la economía, y la falta de oportunidades, sin embargo este fenómeno es más evidente entre las clases medias y altas.

Es importante aclarar que no se trata de algo local, se ve tanto en Estados unidos como en Europa:
El gobierno de España, sin ir más lejos, está dando una subvención para que los hijos puedan afrontar el gasto de la vivienda y dejar la casa paterna.
Los franceses, y los americanos han hecho comedias con el tema de la adolescencia prolongada y los “ nidos llenos” por demasiado tiempo.

QUE ES LA ADOLESCENCIA PROLONGADA
Llamamos adolescencia prolongada a la demora en la consolidación de la identidad, y la dificultad en resolver el conflicto adolescente.
Lo que debería ser una fase del desarrollo se transforma en un modo de vida.
Esta situación de inmadurez es promovida y fomentada por series televisivas que toman como prototipo a jóvenes que, estimulados por mensajes publicitarios , se dedican a la buena vida (salidas, diversión, viajes) en lugar de labrar proyectos futuros.
Estos jóvenes no tienen por objetivo la privacidad y la autonomía, por lo general viven en casa de sus padres como si fuera propia, tratando de imponer sus reglas. Esto los lleva a desplazar a los reales dueños de casa, que comienzan a sentirse invadidos e incómodos.

ADOLESCENTES ETERNOS

Características

- Viven en casa de sus padres.

- Tienen de 25 a 30 años o más.

- Estudian y cambian de carrera.

- Trabajan y gastan su sueldo en el presente.

- No tienen proyectos de futuro.

- No tienen la cultura del esfuerzo.

- Invaden la casa de los padres : traen a sus parejas

- No comparten reuniones familiares.

- Tienen sus propios horarios.

- Se adueñan de lugares y objetos.
PADRES DE ADOLESCENTES ETERNOS

Características

- Se sienten invadidos.

- No tienen independencia ni intimidad.

- Se sienten sobrecargados (económica y físicamente).

Las renuncias del “adolescente”

La sociedad de consumo condiciona al joven para que mantenga el nivel de vida alcanzado en casa de sus padres, aunque para lograrlo él deba renunciar a su independencia y autonomía. Porque, aunque tengan sexo en casa de sus padres, dispongan de libertad de horarios y no deban cumplir ninguna norma, deben renunciar a su privacidad.

La “culpa” de los padres

Sin embargo, para que todo esto suceda, los jóvenes tienen cómplices, y éstos son nada más y nada menos que los mismos padres, que luego se quejan de la sobrecarga que implica un nido con pájaros demasiado crecidos.
Es que la salida de los hijos del hogar para estos padres supone no sólo el reconocimiento de que el hijo ha dejado de ser “mi pequeño-a”, sino la asunción emocional de que ellos se han convertido en personas adultas y diferentes, que con su emancipación rompen definitivamente el cordón umbilical, para ejercer su derecho y su deseo de vivir como seres autónomos.
Ante el vacío físico y emocional que supone la marcha de los hijos, los padres inconcientemente ponen palos en la rueda en el crecimiento de los hijos. Ellos son los cómplices necesarios de estos jóvenes que se niegan a madurar.
Muchas veces el palo es el mismo estudio. Cuántos padres interesados en que sus hijos sigan la Universidad, consienten a que no entren en el mercado laboral. Cada día son más los jóvenes que siguen carreras como pasaporte para continuar su estatus adolescente. “Para que no deje los estudios” “A mi lo que me interesa es que siga una carrera·”, argumentan los padres y los hijos llegan a la treintena sin haber terminado una carrera.
Otras veces el palo a la adultez es la excesiva comodidad que hace de la casa paterna un hotel cinco estrellas con afecto incluido.

¿Quién abandonaría tantos privilegios?

…para vivir en una casa sin comodidades, trabajar todo el día y no tener tiempo ni dinero para pasarla bien?
Probablemente aquel que siente su independencia como un valor. El problema es que la Sociedad de hoy no ayuda, porque lo único que está jerarquizado es el placer, el consumo, los emblemas de poder (auto, viajes, salidas, buena marca de ropa).
Así como en la naturaleza, llegada la madurez de la cría, ésta debe partir, con los humanos pasa igual. Claro que al no estar determinado genéticamente, dependerá de cada cultura, y la posición social y económica que el individuo tenga, el momento en que esto suceda.
Las personas con menos recursos económicos son los que maduran más rápidamente porque la necesidad los obliga, pero en clases socioeconómicas medias o altas, esto se extiende, hasta una edad cronológica exagerada y, aún en los padres que lo han fomentado trae conflictos familiares.

Demasiados gallos en un gallinero ocasionan peleas

Cada uno querrá imponer sus normas, esto ocasiona que terminen siendo un conjunto de individuos que no conforman una totalidad (la familia) sino que se superponen, molestan, en el mejor de los casos.

Otras veces se establecen complicidades, y desplazamientos muy dolorosos siendo que todos los habitantes de estos hogares terminan pagando el costo del no despegue.

Dos categorías de padres

Podríamos decir que hay dos tipos de padres:
Los que deificaron a sus hijos (los pusieron como centro de su existencia, y sentido de sus vidas).
Los que, aferrados a una juventud que no quieren dejar, comparten con sus hijos la misma zona etaria , y viven en una democracia familiar peligrosa.

1. Dentro de los primeros están los que se sacrificaron para el mañana y de pronto se dan cuenta de que el futuro llegó y los alcanzó sin reservas físicas para muchas cosas. Vivieron a través de sus hijos, se esforzaron por ellos, y les resulta doloroso que éstos se vayan con lo suyo dejándolos vacíos.

2.Los otros, los que se “adolescentizaron” y no establecieron límites , se ven atravesados por las mismas contingencias que sus hijos, compiten con ellos y rivalizan por los mismos espacios. Lo común de ambos casos es que la fuerza de la juventud terminará por imponerse (nuevas ideas, más resistencia física, etc.) y estos padres terminarán desplazados y derrotados en sus propias casas.

La renuncia a la madurez

Los hijos también se sienten incómodos, pero no lo suficiente como para partir. Pelean su lugar, establecen su lugar de poder: Si de chicos tenían casi todos los permisos… ¿cómo no tenerlos ahora que son grandes y trabajan? Esta es una trampa en la que caen todos, y obtienen el ansiado poder. Hacen lo que quieren y con sus ingresos tienen acceso a todos los emblemas de clase y poder que la sociedad les exige para pertenecer. Para ellos también hay un costo, porque quedarse en la casa paterna es renunciar a la madurez, necesaria para formar la propia identidad. El adolescente de hoy no niega su pasado, sólo lo desconoce, y no se proyecta al futuro porque lo único importante es el presente, la acción. Al acortarse el período de la infancia y prolongarse la adolescencia, se corre el riesgo de vivir en un mundo uniformizado en sus hábitos y valores. Es la conciencia de finitud, y pérdida, lo que nos hace jerarquizar, pero si compramos el sueño de la igualdad y juventud eterna, no hay diferencias, las opciones se multiplican y lo que no se hace hoy se podrá hacer mañana, entonces la persona queda flotando en una peligrosa incertidumbre donde abundan las opciones, pero no se conecto con ninguna, porque no sabe priorizar ni quiere renunciar a nada. Hoy más que nunca elegir se hace imposible. Siempre tenemos la posibilidad de algo mejor, por lo que decidir se transforma en un verdadero duelo.

No hay comentarios :