Problemas de Memoria


Ubicarse espacialmente no es sólo orientarse con respecto a los puntos cardinales, sino también es un acto de memoria.

La memoria está involucrada en todo proceso psíquico, por eso es una función de máxima importancia.

Cuando está afectada la capacidad de retener los recuerdos se trata de un problema de fijación, denominada en medicina amnesia anterógrada; son aquellos pacientes que olvidan sus experiencias a medida que ocurren.

Cuando la falta de memoria afecta la capacidad de evocar recuerdos del pasado, la amnesia es de evocación o retrógada. Con frecuencia están afectadas ambas.

Existe un grado menor, o sea cuando las dificultades de evocación y de fijación constituyen una simple dismnesia, como por ejemplo, olvidar nombres, o cuando los recuerdos parecen evaporarse.

La falta de memoria es un trastorno caracterizado por un desorden de los recuerdos, que hace que se tienda a mezclar con fabulaciones compensadoras que funden lo verdadero con lo falso, del presente, del pasado y del futuro.

El Dr. Abraham Botbol, médico psicoterapeuta, escribió un libro titulado “100 recetas para llegar a los 100… sin pasar por la farmacia”; en el que dice, entre otras muchas cosas, que para mejorar la memoria, una simple caminata realizada en forma regular produce grandes beneficios a los ancianos que tienen dificultades cognitivas leves.

Esta afirmación se basa en un estudio realizado en la Universidad de Melbourne, Australia que consistió en hacer caminar a 138 adultos mayores, con problemas de memoria, 50 minutos 3 veces por semana.

El experimento demostró que el ejercicio mejoraba las funciones cognitivas de los ancianos que padecían de dificultades leves.

Además, se pudo observar que mejoraba también la calidad de vida, el estado de ánimo y las funciones cardiovasculares y que incrementaba la fortaleza de las piernas, que es lo que evita el riesgo de caídas.

El ejercicio físico libera endorfinas en el cerebro, de modo que también es ventajoso para los estados depresivos, para disminuir el estrés y para aumentar la producción del neurotransmisor que se encuentra reducido en la depresión.

La socialización también es un estímulo eficaz, porque favorece la conversación y evita el aburrimiento y la monotonía de la vida demasiado rutinaria.

Otros estudios demuestran que caminar 30 minutos, 5 días por semana, con paso enérgico, disminuye un 50% el riesgo de muerte.

El Dr. Botbol insiste en el concepto de que nunca es tarde para comenzar una rutina de actividad física y que sólo 20 a 30 minutos diarios es suficiente.

Por supuesto, las personas de edad avanzada deberán empezar a ejercitarse en forma gradual y previa supervisión médica, sin olvidarse que el cerebro es igual que un músculo, que si no se utiliza se atrofia.

Hay muchas formas de activar la mente que están al alcance de todos, como hacer crucigramas, leer, escribir o jugar a las cartas; porque la actividad cerebral ayuda a mantener la plasticidad neuronal, o sea, hace que el cuerpo realice los cambios necesarias para adaptarse al deterioro natural y seguir funcionando normalmente.

Ver televisión es una actividad pasiva, a menos que nos obligue a leer.

Hay que convencerse que las lagunas de la memoria no son cosas inevitables que se producen a edad avanzada porque la mente puede ser siempre joven.

Los enemigos más peligrosos del cerebro son el aburrimiento, la soledad y la falta de motivación para vivir.

Vivir solo, no es un obstáculo, porque se pueden planificar actividades, hacer visitas, invitar a amigos, ver a familiares, ir a espectáculos, hacer cursos y manualidades en grupo.

El Dr. Abraham Botbol tiene 86 años y hace 53 que ejerce su profesión de médico psicoterapeuta.

Fuente: “100 recetas para llegar a los 100… sin pasar por la farmacia”, Abraham Botbol.
“Tratado de Psiquiatría”, Henry Ey.

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