La Libertad Sexual
En la revista New Scientist publican un estudio realizado recientemente por Lynda Boothroyd y sus colegas, de la Universidad de Durham, Gran Bretaña; que refleja que la mayoría de los hombres y de las mujeres, para saber si una persona les parece buena candidata para relacionarse formalmente o bien ocasionalmente, según sus intereses, se pueden guiar correctamente, mirando su fotografía.
Esta apreciación, aparentemente tan subjetiva y carente de fundamentos, parece ser, para gran parte de las personas encuestadas, un índice preciso para no equivocarse.
Los hombres y las mujeres que lucían más atractivos en las fotografías eran percibidos como personas con mayor tendencia al sexo casual, condición que posteriormente los encuestados habían corroborado en sus experiencias.
Este indicador de conducta sexual resulta obviamente útil a la hora de entablar una relación, ya que permite el acercamiento de personas con el mismo objetivo.
Este estudio se dedicó a observar las distintas actitudes que existen frente al sexo y los factores que influyen en esas actitudes, como la cultura, la educación, la personalidad, la edad o el género.
Los psicólogos Jeffry Simpson, de a Universidad de Texas A & M, y Steven Gangestad, de la Universidad de Nuevo México, que fueron unos de los primeros que se dedicaron a observar científicamente las actitudes sexuales, descubrieron que los que tienen múltiples parejas sexuales han comenzado su actividad sexual en forma temprana, tienden a tener dos o más parejas al mismo tiempo y en general sus relaciones no implican compromiso alguno, dependencia o sentimientos afectivos.
Los hombres obtienen mayores puntajes en este sentido que las mujeres por razones obvias, ya que biológicamente su condición les permite disfrutar del sexo sin ninguna obligación posterior, en tanto que las mujeres deben enfrentar un posible embarazo, la lactancia y el cuidado de los niños que la mayoría de los hombres suele abandonar.
A lo largo de la evolución, según estos psicólogos evolucionistas, el hombre ha ido desarrollando una pauta de comportamiento que le permite su condición, de mantener relaciones sexuales inestables y de corto plazo.
Las mujeres siempre han tenido que ser muy selectivas en el momento de la elección de una pareja porque pueden quedar desprotegidas y con la responsabilidad de los niños.
Sin embargo, actualmente, debido a la existencia de los métodos anticonceptivos, la mujer está igualando al hombre en lo que se refiere a relaciones sexuales casuales.
David Schmitt, de la Universidad de Bradleym, Illinois, afirma que según los estudios realizados las mujeres prefieren a los hombres que se ven más masculinos y simétricos, características que indican buenos genes para la descendencia.
Schmitt realizó una investigación y obtuvo información sobre este tema, desde el punto de vista evolutivo, en 48 países. El resultado de este estudio señala que el hombre es más promiscuo alrededor de los cuarenta años, mientras que las mujeres tienden a ser infieles antes, entre los 30 y 35 años, cuando las oportunidades de concebir comienzan a disminuir, aunque conscientemente esto no le interese.
La personalidad extrovertida puede influir en la tendencia a la promiscuidad, según afirma Daniel Nettle, de la Universidad de Newcastle, Gran Bretaña. También la historia familiar temprana tiene su importancia así como la relación de los padres si ha sido conflictiva.
Jay Belsky, psicóloga del Colegio Birkbeck de Londres opina que la mala relación con los padres durante los cuatro primeros años de edad aumenta las posibilidades de que los hijos tengan relaciones sexuales tempranas.
Los padres de familia, según un estudio realizado por Peter Gray, de la Universidad de Nevada, en Las Vegas, tienen menos testosterona en su saliva que los solteros sin compromisos.
La testosterona está asociada con el comportamiento competitivo y de apareamiento; los investigadores concluyen que una menor cantidad de testosterona permite canalizar mayor energía en los descendientes.
Fhionna Moore, de la Universidad St.Andrew, en Gran Bretaña, muestra que el nivel económico de las mujeres también afecta su elección sexual.
Descubrió que las mujeres de altos ingresos les dan más importancia a la atracción física del hombre que a sus recursos económicos.
Sin embargo, a pesar de los indudables cambios en la conducta sexual de la mujer, está aún muy lejano el día en que desaparezcan totalmente las diferencias entre hombres y mujeres cuando buscan una relación.
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