La Fe y el Conocimiento
En 2004 en USA se reinició la batalla contra la teoría de la evolución de Charles Darwin. Comenzó en una escuela secundaria de Dover, cuando el directorio objetó el libro de biología por considerar que solamente tenía en cuenta la Teoría de Darwin para explicar la evolución de las especies.
Sabemos que esta teoría aún no se pudo comprobar en la realidad, porque no hay especies en transición que prueben la evolución de los organismos inferiores, no obstante la ciencia la considera como la única teoría válida.
Hace 150 años que Darwin escribió su libro “El Origen de la Especies” y todavía sigue la polémica.
Ahora, la teoría que se opone es la del “Diseño Inteligente”, que es creacionista y propone la creación del mundo y su complejidad por una inteligencia.
El creacionismo fue eliminado de las aulas hace mucho pero la resistencia nunca se detuvo.
Los científicos consideran que la ciencia no puede aceptar la creación por un ser supremo o Dios, porque no es científico, los creacionistas dicen que la realidad es una creación de una inteligencia que no pueden explicar.
Con el fin de lograr incorporar a los programas de estudios esta teoría creacionista, los partidarios iniciaron un juicio contra los científicos que estaban a favor de la Teoría de Darwin.
A medida que pasaba el tiempo el sentimiento antievolucionista creció. Otros científicos se agregaron y apoyaron esta nueva postura, uno de ellos bioquímico que coincidía y tenía pruebas. Un microorganismo muy complejo, el flagelo, que sugería que no había habido evolución desde algo más simple porque era imposible, y que dado su complejidad, debía haber sido creado por una inteligencia.
La llamaron “complejidad irreductible” y se podía ver en la naturaleza en todas partes, ya que a nivel molecular la teoría de Darwin no puede explicar la vida.
Un matemático se sumó a la controversia, dudaba de la probabilidad matemática que existe de que el azar sea la causa que supuestamente modifica el ADN a medida que se multiplica. La complejidad no se puede atribuir al azar y trató de calcular la probabilidad de que la teoría evolucionista diera como resultado la diversidad natural actual y no lo logró.
La inteligencia que está en todas las cosas puede explicar el poder organizador y esa es la principal evidencia. Hay un grupo cada vez más grande de científicos que asegurar tener gran cantidad de evidencia.
La responsabilidad de esta lucha se atribuye al Instituto Discovery que según los científicos tiene la intención de modificar la estructura de la sociedad norteamericana a partir de esta teoría.
Ellos insisten que los alumnos tienen que tener la oportunidad de conocer las dos teorías. El Presidente Bush los apoyó y estuvo de acuerdo en que los alumnos deben conocer ambas.
Los científicos no lo aceptaron. No estaban de acuerdo en atribuir la evolución a un creador porque la fe no es objetiva como debe ser la ciencia, sino subjetiva.
La Iglesia Católica había aceptado la teoría de la evolución de Darwin, considerando que luego que Dios creó al mundo éste evolucionó naturalmente, pero ante esta nueva propuesta se adhirieron al Diseño Inteligente que era más compatible con los conceptos de la Biblia que figura en el Génesis.
El resultado del juicio fue adverso a la teoría del Diseño Inteligente ya que el juez falló en su contra, alegando que existía un evidente propósito religioso en los partidarios de esta teoría.
En definitiva, como la validez de esta teoría no depende de un juicio, la guerra todavía no terminó.
La evolución explica el 99% de la realidad dicen los científicos, queda sólo el 1% sin explicar, el Diseño Inteligente no nos explica nada, no explica quién es el creador.
Por mi parte, cuando cursé la carrera de Psicología tuve oportunidad de conocer ambas teorías, una evolucionista, la teoría de Darwin y otra que sostenía la idéa de una evolución diferente, mediante saltos cuánticos, o sea la modificación espontánea de las estructuras hacia otras totalmente diferente, como una condición natural de la vida.
Es decir que en realidad las dos teorías se podrían complementar perfectamente y esto explicaría la ausencia de pruebas de una evolución continua adaptativa donde sobreviven sólo los más aptos.
Gracias al avance indiscriminado de la ciencia y los adelantos tecnológicos, el futuro de la humanidad se ha vuelto más incierto, lo que nos lleva a pensar que para sobrevivir ya no nos alcanza con ser los más aptos para adaptarnos sino que además deberemos ser los más sabios.
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