La Logoterapia


Viktor Frankl (1905-1997) fue un neurólogo y psiquiatra austriaco, fundador de la Logoterapia. Desde muy joven se interesó por la Psicología y su experiencia vivida durante tres años en campos de concentración en Alemania, la utilizó para elaborar esta teoría.

Estando en Auschwitz le confiscaron un manuscrito listo para su publicación y sus deseos de reconstruir su libro lo ayudaron a superar los inhumanos rigores de esa vida.

Pudo confirmar que la salud psíquica precisa un cierto grado de tensión interior, o sea, la tensión existente entre lo que uno ha logrado y lo que le queda en la vida por conseguir; y los campos de concentración eran una prueba, porque los prisioneros que más adaptaban eran los que tenían la expectativa de que alguien los estuviera esperando o los que les apremiaba la responsabilidad de cumplir una misión (hecho confirmado con posterioridad por los psiquiatras norteamericanos en Japón y Corea).

En 1941 se casó y en 1942 junto a su esposa y sus padres fueron detenidos trasladados a campos de concentración nazis.

Víctor Frankl sobrevivió al Holocausto pero tanto su esposa como sus padres fallecieron durante su detención.

Después de la guerra regresó a Viena y concretó la publicación de su libro “La búsqueda de significado”, donde describe la vida de los prisioneros en los campos de concentración desde su perspectiva.

Su teoría sostiene que el sentido de la existencia y la búsqueda del significado es una fuerza primaria que proviene de la dimensión espiritual del hombre, como un sentido único y específico. No es una cuestión de fe sino que es un hecho.

El hombre actúa para conquistar un objetivo o una meta con la cual se identifica y la frustración existencial se produce cuando se malogra la voluntad de sentido, porque lo que más ayuda a sobrevivir es la conciencia de que la vida tiene un sentido.

Nietzsche decía: “El que tiene un por qué para vivir puede soportar casi cualquier como”.

El vacío existencial se manifiesta como un estado de tedio (aburrimiento). De hecho, en la actualidad el hastío genera más problemas que la tensión.

Esta problemática se agudizó en las últimas décadas por la progresiva automatización y la mayor cantidad de tiempo libre, que provoca un aumento de alcoholismo y delincuencia juvenil, así como también las crisis de los ancianos y de los jubilados.

Otras veces, la voluntad de sentido se oculta detrás de la obsesión por hacer dinero (voluntad de poder) o con el desenfreno libidinoso (voluntad de placer).

Víctor Frankl destaca que cuando una persona más se olvida de si misma, al entregarse a una causa o a una persona amada, más humano se vuelve y más perfecciona sus capacidades. En tanto que cuanto más se afana por realizarse, más se le escapa de las manos su objetivo, porque la verdadera autorrealización es el cumplimiento del sentido de la vida que no es un fin sino el fruto de la propia trascendencia.

Se cuestionaba durante su permanencia en Auschwitz, si las muertes y el sufrimiento de la gente tenían algún sentido; y entonces pensaba que sí debía tenerlo, porque de otro modo el hecho de sobrevivir tampoco lo tendría y entonces no valdría la pena.Artículo siguiente >>

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