El Juicio Crítico


Para el aprendizaje es necesario adquirir los conocimientos que necesitamos, recordar lo esencial, transformarlos para incorporarlos y formar con ese resultado un concepto propio.

Es el mismo proceso de la alimentación ya que no podemos digerir los alimentos como son sino que nuestro cuerpo también tiene que transformarlos para asimilarlos.

Para poder aprender de esta manera es necesario desarrollar el juicio crítico.

Casi todos tienen una idea aproximada sobre lo que significa una crítica, porque estamos acostumbrados a escuchar críticas todos los días en todos los ámbitos.

Estas críticas cotidianas son por lo general vulgares y sin fundamento. En realidad se trata de quejas sobre distintos segmentos de la realidad que trastornan la vida de la gente; pero esto no tiene nada en común con un auténtico juicio crítico.

Cuando tenemos una importante información sobre un determinado tema, que por lo general nos interesa por alguna razón, tenemos que analizarlo profundamente para localizar algún punto débil del mismo y lograr de esta manera realizar una pregunta.

El objetivo del juicio crítico es aclarar el tema, relacionarlo con otros temas, introducir cuestionamiento y nuevas preguntas que pongan a prueba las afirmaciones, no tanto para refutarlo sino para obtener un mayor conocimiento del objeto en cuestión.

Sabemos que el conocimiento científico siempre comienza con una pregunta. Esto lleva posteriormente a la formulación de las posibles hipótesis, que deberán ser demostradas teóricamente y comprobadas por la experiencia. Una vez realizada esta operación se llegará finalmente a confirmar o invalidar estas hipótesis que será lo que permitirá la afirmación o negación de la tesis que ha sido debidamente fundamentada.

El juicio crítico exige involucrarse con el tema en cuestión, interesarse, hacerlo propio y ejercer esta práctica es la manera más eficaz para aprender.

Hacer una buena pregunta es mucho más difícil que contestarla. Podemos contestar preguntas porque nos acordamos de memoria el tema y eso no exige una elaboración personal, sino que es un mecanismo sin compromiso.

El compromiso significa tomar partido, a favor o en contra, señalando aspectos no compartidos en base a una coherente postura personal, que no incluye un juicio de valores, o sea si es bueno o malo, porque sólo la lógica y la experiencia es imprescindible para ejercer el juicio crítico.

Esta operación implica de alguna manera la exigencia de una definición sobre nuestra manera de pensar en el aquí y ahora.

No es una tarea fácil porque nos obliga a cuestionarnos también acerca de nuestra propia identidad, sobre qué pensamos que es la realidad en que vivimos, y si creemos o no en el sentido de la vida.

Todos somos en parte contradictorios, porque no podemos mantener una misma forma de pensar toda la vida, pero si es cierto que hay ciertas tendencias básicas y esenciales en cada uno que no cambian y permanecen inalterables; siendo la duda muy saludable porque nos obliga a buscar la verdad

Tampoco tenemos que pretender el logro de una estructura demasiado rígida, porque la vida es movimiento y nada es estrictamente perfecto.

Para aprender cualquier cosa es necesario involucrarse emocionalmente, porque jamás nos olvidamos de nuestras experiencias emocionales que permanecerán grabadas toda la vida en lo más profundo de nosotros.

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