Los miedos pueden aprenderse de otros


Un estudio reciente dice que los miedos experimentados como testigos o a través de otros, se adquieren de la misma manera que los miedos experimentados en carne propia.

Elizabeth Phelps, Andreas Olsson y Katherine Nearing del Departamento de Psicología de la Universidad de Nueva York analizaron la base cerebral de los miedos adquiridos de forma indirecta, o sea mediante la observación de otros.

El estudio fue publicado en la última edición de Social Cognitive and Affective Neuroscience. Allí los investigadores cuentan que pudieron comprobar que la amígdala, que ya se sabía que era crítica a la hora de adquirir y expresar los temores de própia experiencia, también está involucrada en la adquisición y expresión de miedos obtenidos de forma indirecta.



Ya se conocía la forma en que la gente desarrolla miedos luego de una experiencia traumática de primera mano, como por ejemplo ser picado por una abeja, o quemarse con el fuego. La amígdala cumple un papel importante en este proceso conocido como condicionamiento.

Para poder comprobar si el condicionamiento también ocurría de forma indirecta, los investigadores realizaron un experimento.

En él, los sujetos veían un video corto en el que otro individuo participaba a su vez en un experimento de condicionamiento: recibía choques eléctricos suaves con una escuadra de color. Luego se les pedía a los sujetos que habían visto el video que intervinieran en un experimento similar al que acababan de ver, pero a diferencia de lo que ocurría en el video, no recibían los golpes de corriente.

En los resultados se vio que los participantes mostraban una respuesta de miedo intenso cuando veían las escuadra de color que anunciaba los golpes eléctricos vistos en el video. O sea que la respuesta resultaba sólo de observar la experiencia de otro, con eso era suficiente para generar miedo a la escuadra.

Y gracias a las imágenes cerebrales, los experimentadores descubrieron que la respuesta de la amígdala era equivalente cuando veían cómo otros recibían el shock y cuando se les presentaba la escuadra.

La conclusión es que nuestros miedos (y fobias) no sólo pueden ser explicados por experiencias de primera mano que nos hayan ocurrido en el pasado, sino que también puede ser por eventos que vimos que les ocurrieron a otros.

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