Los animales como terapeutas


La terapia con animales es un concepto que se ha ido formando con el objetivo de tratar diferentes problemáticas del ser humano, tanto físicas como psíquicas, a través de la interacción con los animales.

En general, los estados emocionales como la alegría o la tranquilidad favorecen la recuperación de estados depresivos, ayudan a modular la ansiedad o ayudan a la recuperación de enfermedades físicas, dada la estrecha relación entre el cuerpo, la mente y las emociones.

El contacto con los animales tiende a inducir estas sensaciones placenteras en la persona, entre ellas una sensación de tranquilidad. Además, el hecho de que el animal interactúe con nosotros, crea vínculos afectivos que ayudan en los procesos emocionales, favorecen el contacto social y aumenta el interés por el entorno, ayudan a romper la falta de comunicación, aumentan la autoestima y disminuyen los sentimientos de soledad.
Los estudios realizados sobre la terapia con animales constatan cambios en el sistema inmunológico y en la generación de sustancias moduladoras del sueño y de procesos dolorosos.

Otros estudios más actuales apuntan el beneficio de la interacción con los animales con una menor evolución del deterioro cognitivo, la disminución de la agresividad y la agitación, los efectos sobre la hiperactividad, la disminución en los trastornos del humor, o la disminución en el impacto de los hechos estresantes de la vida diaria.

Respecto al trabajo con animales, se podrían apuntar tres grandes líneas de actuación. Por un lado los efectos beneficiosos que se consiguen con la interacción de un animal de compañía, donde se valoran aspectos globales, y para lo que no se requiere la acción directa de un terapeuta o especialista. En otra línea se encontrarían las llamadas visitas a centros de rehabilitación, con las que se trabaja fundamentalmente la socialización, y para las que se requieren centros específicos aunque no es necesaria la presencia de terapeutas. En una última línea se encontrarían las terapias específicas con animales que no son de compañía, pero que dadas sus características favorecen trabajar aspectos más concretos. En este caso hablaríamos de las terapias que se realizan con caballos y con delfines, para las que se requieren centros especializados con personal cualificado y con un proceso guiado por terapeutas.

La terapia con animales de compañía se basa en la participación de los animales en intervenciones terapéuticas, con el fin de proporcionar y promover la salud y el bienestar de la persona. Aprovechan las cualidades del animal como la fidelidad, la incapacidad de juzgar, la capacidad de ofrecer compañía, para facilitar el trabajo de un especialista en el tratamiento o mejora de la calidad de vida de las personas, favoreciendo el equilibrio y el bienestar. Así, tener un animal de compañía, motiva a hacer más ejercicio, a salir más, a cuidarse, propicia más relaciones, disminuye el sentimiento de soledad y, en general, ayuda a combatir el estrés.

La terapia con caballos, llamada hipoterapia o equinoterapia, se basa en la utilización del movimiento del caballo para la estimulación de los músculos y articulaciones de la persona. Se utiliza para trabajar patologías relacionadas con desórdenes del movimiento como la parálisis cerebral, los accidentes vasculares, la Esclerosis Múltiple, la Espina Bífida, las enfermedades neurodegenerativas, las enfermedades traumatológicas, o los traumatismos cerebrales. Se trabajan problemas como el Síndrome de Down, el Autismo, la Anorexia o la Bulimia, y en problemas emocionales como la depresión y la ansiedad. Además son programas que están teniendo éxito en el tratamiento y rehabilitación del alcoholismo y las drogadicciones.

La terapia con delfines, llamada delfinoterapia, se ha utilizado principalmente con niños autistas, aunque dada su utilidad también se utiliza en los casos comentados para la terapia con caballos. En los estudios realizados se ha observado que las ondas cerebrales del ser humano cambian en presencia de los delfines, provocando una armonización entre los hemisferios izquierdo y derecho, promoviendo un estado de paz y tranquilidad. Se trabaja con la hipótesis de que la interacción con estos animales provoca cambios a nivel neuroquímico y neuroeléctrico. El propósito general de la terapia con delfines es motivacional, aunque se llegan a lograr otros objetivos relacionados con la mejora del lenguaje y la motricidad.

La visita a centros de rehabilitación, se basan en la actuación de voluntarios que llevan sus mascotas a hospitales, geriátricos o centros de rehabilitación, proporcionando una interacción gratificante y compañía a las personas que se encuentran en estos centros.

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