¿Abstinencia durante toda la vida?


Gabrielle Brown, antigua profesora de psicología en Berkeley (California), afirmó hace ya algunos años que el amor verdadero es sólo posible sin el deseo. “La dedicación plena, libre de valores, no se realiza en el éxtasis del cuerpo, sino en un orgasmo del corazón”.

En el libro de Gabrielle Brown que se citó en un momento determinado tan a menudo, Amor sin sexo: por qué cada vez más hombres y mujeres viven sin el sexo, los fanáticos por la castidad, tanto hombres como mujeres, aportan los siguientes argumentos para fundamentar su abstinencia voluntaria:

1. El deseo sexual es una falacia. Le es impuesto al hombre por la variedad de forma inconsciente.

2. El sexo agota, por sus imposiciones mentales tanto como por sus exigencias físicas.

3. El sexo es malo para el amor. Sólo en una pareja “pura” es posible la comprensión mutua y la ternura, lejos de desconfianzas y egoísmos.

4. El sexo no hace feliz. Para autorrealizarse es mejor prescindir del sexo que no lleva sino a sufrir confusiones.

Al que a pesar de todo le plantee problemas la abstinencia: la meditación y el yoga le enseña al hombre el camino “de un estado semianimal a una conciencia universal de Dios”. Si todo esto no sirve de nada, la autora aconseja duchas frías y dormir sobre una tabla de madera, huyendo la compañía, hasta que se llegue a un estado de control sobre los deseos, tanto los originados en el cuerpo como los que surjan del instinto de posesión.

Contra…

El doctor Werner Habermehr, antiguo profesor de sociología en la universidad de Bielsfeld, autor del ya clásico libro El doble de Ralf. El comportamiento sexual de los alemanes, criticó las tesis de la señora Brown de la siguiente manera:

1. Si no existiese realmente la necesidad sexual, resultaría muy difícil explicar el hecho de que en todo el mundo los hombres actúen sexualmente.

2. Claro que el sexo es agotador, ¡y eso es lo bonito! Pero más que agotador es relajante. Las personas poco activas sexualmente llevan dentro mucha tensión y son mucho más irritables.

3. Esto es una afirmación objetivamente errónea. Todas las investigaciones científicas han dado como resultado que las parejas que tienen una vida sexual plena son mucho más felices. El sexo es casi una condición necesaria para una buena relación. Sólo las personas para las que desde siempre el amor ha significado más frustración que placer, llegan a estas conclusiones.

4. Es exactamente al revés. El sexo es un elemento imprescindible de la autorrealización. Quien ignora una parte importante de la totalidad humana, lógicamente no se podrá realizar en su totalidad. Jamás provocar represiones puede dar lugar a sentirse más feliz y liberado.

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