
Mucho se habla sobre los efectos nocivos y alienantes de los videojuegos, pero una investigación actual apunta a evaluar si jugar videojuegos no tendría también efectos benéficos, por ejemplo podrían despertar nuestro lado creativo.
En la Universidad del Estado de Penn (USA), Shyam Sundar y Elisabeth Hutton llevaron a cabo un experimento para determinar que pasaba con la creatividad después de jugar un juego llamado Dance Dance Revolution.
Participaron del experimento 98 estudiantes y se evaluaron distintas variables. Se midió el humor con que se hallaban los participantes tras haber jugado y la medida en que la excitación provocada por el juego disminuía o aumentaba después de jugar. Luego se tomó un cuestionario para evaluar creatividad.
Se encontró que los jugadores se podían dividir en dos grupos diferentes. Por un lado estaban los jugadores más excitados y de mejor humor, que demostraron el mejor nivel de creatividad. Por el otro lado estaba el grupo conformado por aquellos de baja excitación y humor pobre o depresivo. Pero ellos también aumentaron su índice de creatividad. Sólo en los caso en que el humor y la excitación no habían variado, es decir estaban en niveles medios, la creatividad no se vio afectada.
Sundar, profesor de medios de la universidad de Penn explica “Cuando uno esta excitado, esta misma excitación actúa como catalizador de energía y el buen humor da coraje para probar nuevas ideas. Pero el mal humor trae otro tipo de energía que hace que nos volvamos más analíticos, lo que también es componente de la creatividad”.
Esta experiencia forma parte de un proyecto más ambicioso de Sundar y Hutton que busca evaluar la forma en que los videojuegos impactan en la vida cotidiana, no sólo como entretenimiento personal sino como medio de formación social.
Vía | eurekalert
Imagen: Flickr
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