¿Es malo estar solos?
Aunque por el contrario muchos expertos opinan todo lo contrario, popularmente la soledad suele estar vinculada a momentos o estados de desamor, de negatividad, de tristeza, de infelicidad.
Suele estar relacionada a momentos no fructíferos, en donde nos sentimos tristes a cada hora y en cada momento, y no somos capaces de mirar a nuestro alrededor de forma positiva y de ver algo más allá de nuestra propia soledad.
Muchas personas también sienten temor a sentirse solas, si se me permite la redundancia, porque tienen miedo al silencio, y para evitar escuchar la soledad encendemos el ordenador, la televisión, o simplemente nos ponemos a escuchar música.
No en vano, Pascal decía que “la infelicidad del hombre se basa en que es totalmente incapaz de sentarse sólo en su habitación”.
Y es que la soledad, lejos de ser negativa, puede resultar muy beneficiosa para muchas personas, sobretodo si la comenzamos a ver con otro punto de vista y como una forma de madurar y de estar con nosotros mismos.
La soledad no significa tristeza, miedo, estar solos. La soledad puede convertirse en un momento en el que nos encontramos con nosotros mismos, con nuestras inquietudes, deseos.
La soledad nos ayuda a reflexionar sobre nuestra propia vida, pero especialmente ayuda a madurar y a realizar una autocrítica sobre nosotros mismos.
Todo depende de qué forma miramos a la soledad. Si la vemos con ojos tristes y desilusionados, ella no podrá hacer nada por ayudarnos. Pero si comprendemos que es un momento pasajero en el que podemos poner en orden nuestras ideas, de buen seguro nos será muy útil.
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