Autoestima, ¿qué es?


Para la psicología la autoestima es la opinión emocional que una persona tiene de sí misma. Esa opinión va más allá de lo racional y lo lógico. Otra forma de expresar lo que es la autoestima es el amor que sentimos por nosotros mismos.



Un ejemplo de lo que puede pensar una persona de sí misma, en relación a la autoestima, es “soy competente”, “soy un incompetente”, “soy muy competente”, dependiendo de cuan alta o baja sea la autoestima.

Según se opina en la psicología, la autoestima es algo característico de la personalidad de la persona, y que dura toda la vida, si bien el comportamiento puede llegar a afectar la autoestima.

La autoestima puede aplicarse a algo particular, como por ejemplo decir “creo que soy bueno escribiendo”, o aplicarse a algo general, como “creo que soy una buena persona”.

El término tiene mucha historia, más historia que la psicología en sí, su uso más reciente es en el siglo 19, dentro de la frenología. En la psicología entró en la corriente estadounidense, también en el siglo 19. Desde aquellos tiempos se han escrito miles y miles de artículos, capítulos y libros sobre el tema. Hoy en día es uno de los temas más frecuentes.

Dada la larga historia del término autoestima, hay tres definiciones tipo en el campo de la psicología.

La definición original de 1890 presentaba a la autoestima como un promedio entre los éxitos logrados y las pretensiones que uno tenía, o sea cuanto se logra y cuanto se falla.

Ya en los años 60, Morris Rosenberg la definió como un sentido estable de la valoración personal. Esta definición fue la más usada en investigación, pero tenía el problema de los límites de la misma, ya que la autoestima no era distinguible de el narcisismo o simple fanfarroneo.

Pero para 1969 Nathaniel Branden la definió como “la experiencia de ser competente para arreglárselas con los desafíos básicos de la vida y ser digno de la felicidad”. Una forma de lidiar con el problema de que sólo se estime el valor.

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