Aclarando la complicada mente adolescente


Todo padre que vio llegar a su hijos a la adolescencia se ha preguntado "¿qué pasa por esa cabeza?”, y es que suele burlar al más ingenioso lo que puede pasar por allí dentro. Un nuevo estudio, ilumina qué sucede en sus mentes entre los 11 y los 17.



Una investigación realizada por Ian Campbell, de la Universidad de California, justamente se centró en en ese rango de edad para estudiar las ondas cerebrales de esos niños mientras dormían. Pudo notar que se reducían significativamente, con respecto a las que tenían cuando eran más pequeños.

Los científicos creen que esto refleja un proceso de recorte que se da en el cerebro de los adolescentes durante esos años, donde las extrañas conexiones mentales hechas durante la niñez se pierden.

“Cuando un niño nace, su cerebro no está completamente desarrollado, y durante los primeros años ha una gran proliferación de conexiones entre las células nerviosas”, dijo Campbell. “Durante la adolescencia hay una poda de estas conexiones. El cerebro decide qué conexiones es importante mantener y cuales abandonar”.

Los científicos llaman a este proceso la poda sináptica, y especulan que el cerebro decide qué enlaces neurales mantener basándose en qué tan frecuentemente son usados. Las que no rara mente usadas, se eliminan. A veces, durante la adolescencia ese proceso se tuerce y se pierden conexiones importante, lo que lleva a desórdenes psiquiátricos como por ejemplo la esquizofrenia.

Se supone que esta poda sináptica ayuda al cerebro en la transición desde la niñez, cuando el cerebro puede aprender y crear nuevas conexiones fácil, a la adultez, cuando está todo más estable y estructurado, pero de esta forma se puede tener procesos de pensamiento más complejos.

Pero por ejemplo, si un niño recibe algún daño cerebral antes de los 10 años, otra área del cerebro puede hacerse cargo de las funciones del área dañada, mientras que si eso sucede a los 20, ya no hay posibilidad de adaptación, ya que el cerebro ha perdido flexibilidad.


Todo este proceso crea ciertos problemas en la mente adolescente, como por ejemplo que no pueden realizar muchas tareas a la vez, como los adultos sí pueden. También pasa en esta etapa que comienza una mayor empatía hacia los otros, y así comienzan también a medir cómo sus acciones no sólo los afecta a ellos mismos, sino a los otros. Algo que no hacen los niños pequeños.


Otro estudio también comprobó que los adolescentes todavía no sienten la culpa como los adultos, sino que es casi como si no usaran la región cerebral asociada.

Es una época difícil no sólo para los padres de los adolescentes, para ellos es muy complicada.

Fuente: Livescience

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