Síndrome de Burnout...¡Estoy fundida, odio mi trabajo!

Este es un mal de la modernidad, definido así por la psicología para explicar un agobiante cuadro de estrés laboral que suele afectar a profesionales de servicio y atención a público. Agotamiento, irritabilidad, deshumanización en las relaciones laborales y frustración son algunos de sus síntomas. El afamado psiquiatra español Enrique Rojas describe esta enfermedad.




Más de alguna recepcionista de una empresa, asistente social o ejecutiva de un banco se ha sentido superada por el estrés, hastiada de atender a público y soportar la presión y órdenes de sus superiores. Ni siquiera les alcanza para un trato amable o una sonrisa, sólo aguantan el agobio por la necesidad del sueldo a fin de mes. Frustradas e irritables están a un paso de decir basta, de ausentarse e incluso de renunciar sin medir futuras consecuencias.

Si la descripción anterior calza con tu realidad laboral presta atención a estas líneas y reserva una consulta al psicólogo, es probable que tu estado sea más que un simple estrés y sufras el Síndrome de Burnout. También se le llama el síndrome de estar quemado o fundido, según se ha descrito por los especialistas que lo han investigado en los últimos años. Este cuadro que se manifiesta con alteraciones anímicas y físicas se presenta más en mujeres, ya que deben cumplir la dualidad de roles de trabajadora y madre y por otro lado porque muchos de los trabajos de servicio y atención recaen en ellas.

El destacado y mundialmente conocido psiquiatra español Enrique Rojas, autor de best seller como “El hombre light��?, explica cómo se manifiesta este mal en la vida laboral de las personas. “Se trata de una sobrecarga emocional en el trabajo, negativa por cierto. Se evidencia en el afectado un desgaste y frustración, además de una deshumanización en las relaciones que entabla y un desprecio profundo por el empleo que se realiza��?, explica el doctor Rojas.

Si bien el vertiginoso ritmo de la sociedad moderna deja a toda la población laboralmente activa expuesta a este síndrome, son principalmente los profesionales de actividades de servicio, salud y atención a público los más vulnerables. “El Burnout se da con bastante frecuencia en los profesionales de la relación de ayuda, es decir aquellos que tienen un contacto directo con personas que requieren atención. En medicina es muy habitual y sobre todo en las enfermeras, que además de tener una dimensión técnica de su especialidad poseen una muy especial que es la calidez humana, esencial para asistir al enfermo y hacerlo sentir mejor durante su estadía hospitalaria. Cuando este tipo de profesionales tienen una sobrecarga excesiva de trabajo, como en la salud pública, se sienten derrumbadas, colapsadas, desbordadas e incomprendidas por sus superiores. Terminan menospreciando su propio trabajo, a sus compañeros de trabajo y hasta las personas que deben atender.

Por cierto el Burnout es mucho más que un común cuadro de estrés��?, asegura el psiquiatra y profesor de Psicología Médica de la Universidad Complutense de Madrid.

Síntomas
La sintomatología asociada a este síndrome incluye alteraciones del ánimo y psíquicas, así como molestias físicas y una persistente sensación agotamiento o falta de energía. Los psiquiatras y psicólogos que lo han estudiado desde la década del setenta señalan las siguientes situaciones.

• Agotamiento emocional: cansancio físico y psicológico, pérdida de vitalidad y disminución de recursos personales.
• Deshumanización: falta de cordialidad y de buen trato entre compañeros de trabajo y hacia el público externo. Insensibilidad generalizada.
• Frustración personal: tendencia a valoración negativa del trabajo y su entorno, pérdida gradual y sostenida del gusto por la actividad realizada, llegando en ocasiones a sentir un hastío por el trabajo.
• Molestias físicas: sensación de cansancio, incluso previo al inicio de la jornada laboral, taquicardia, nerviosismo, hipersudoración y jaqueca.

El psiquiatra Enrique Rojas advierte que además se presenta en este mal otro síntoma en particular, el desgaste profesional asociado a la fatiga crónica. “El Burnout implica un gran deterioro profesional, que se acompaña de ausentismo laboral, rotación frecuente de empleos, ansiedad, miedos diversos, depresión e incluso el deseo de abandonar el empleo. Todo comienza con un agotamiento psicológico, que luego da lugar a la despersonalización que se manifiesta con trato frío, distante y sin alma hacia compañeros y público. La tercera etapa de su desarrollo es la falta de realización personal, donde el afectado siente el trabajo como una carga y no como una instancia de crecimiento, con una percepción del empleo y de uno mismo cada vez peor��?, detalla el doctor Rojas sobre esta afección en el libro “Adiós depresión, en busca de la felicidad razonable��?, texto en el que dedica un capítulo especial al Síndrome Burnout.

El especialista español advierte que entre el estrés, la depresión y este síndrome hay una sintomatología en ocasiones similar, aunque cada mal tiene su cuadro clínico independiente y por ello un tratamiento distinto.

“El estar quemado y la depresión conviven con frecuencia, superponiéndose unos síntomas con otros. Son casos clínicos a veces relacionados, pero independientes. El Burnout tiene el desgaste profesional como eje central, en cambio el de la depresión es la tristeza profunda y el hundimiento psicológico. Mientras le Burnout afecta el entorno laboral, la depresión repercute en todos los ámbitos del paciente��?, explica el doctor Rojas.


Tratamiento
El psiquiatra hispano explica que el Síndrome Burnout debe tratarse desde en la consulta psicológica, con un enfoque destinado a restablecer el orden laboral alterado, recomponer y mejorar las relaciones personales del paciente con su entorno profesional. El escritor menciona que no es necesario la fármaco terapia, salvo en cuadros severos, que sí es indicada para cuadros depresivos.

Cabe precisar que no existe un tratamiento específico para este síndrome, ni tampoco una estrategia simple de prevención. Las terapias que se utilizan intentan restablecer la salud psicológica del paciente y recuperar el rendimiento laboral. Estas se basan en el control del estrés y enseñar el autocontrol emocional al paciente. En ocasiones es necesario un breve periodo de licencia médica y sólo en los casos más graves hay que recurrir a fármacos antidepresivos.

Esta compleja alteración psíquica se ha convertido en un problema de creciente relevancia mundial. En países como España se ha alzado voces de autoridades del ámbito laboral y de salud, que abogan por el reconocimiento de este síndrome por parte del gobierno como una enfermedad profesional.

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