Femicidio mental

No sólo las agresiones físicas dañan y denigran. Distintos tipos de violencia psicológica –que muchas veces no llegan a golpes físicos- provocan en las víctimas secuelas inmediatas y futuras. Un moretón puede desaparecer en unas semanas, en cambio el impacto emocional de sentirse agredida, insultada o intimidada deja una huella a veces indeleble que ni el tiempo puede curar.




Este año el femicidio se instaló en las noticias, para mal de las mujeres y de una sociedad que clama paz y respeto a viva voz. Por más que el gobierno y la comunidad organizada rechacen la violencia contra la mujer, la lista de brutales crímenes y vejaciones contra el género femenino superará las 60 víctimas fatales al culminar 2007.

Pero detrás del fenómeno que nutre la crónica roja de los medios queda oculta otra agresión, más silente y a simple vista inadvertida; la violencia psicológica.

Es que muchas víctimas de este tipo de agresión no la denuncian ni la asumen como un acto delictivo, piensan por error que sólo la agresión que llega a golpes de pies o puño debe ser motivo de denuncia y auxilio.

Pero qué debemos entender por violencia o agresión psicológica, al respecto la psicóloga Andrea Oksenberg explica: “La violencia psicológica alude a toda conducta que tenga por objeto causar temor, intimidar y/o controlar las acciones, sentimientos o pensamientos de otra persona. Ejemplos de esto son las descalificaciones, insultos, amenazas, manipulaciones, control e intimidación, entre otros��?, afirma la especialista con amplia experiencia clínica en pacientes mujeres.

Según explica la profesional, existen distintos tipos y grados de esta violencia.
“Se puede expresar en forma verbal, a través de gestos o actitudes, como también a través del control ejercido por medio del dinero, por ejemplo no satisfaciendo las necesidades básicas de la persona o controlándolas con el dinero. También se ejerce violencia psicológica a través de la sexualidad, imponiendo actos de carácter sexual no deseados o manipulando a través de la sexualidad. Todas estas formas pueden darse en una gradiente de frecuencia e intensidad, aunque cuando hablamos de violencia psicológica normalmente se alude a un comportamiento mantenido en el tiempo más que a situaciones aisladas��?, precisa la doctora Oksenberg.

Daños inmediatos y a futuro
La psicóloga explica que los daños inmediatos son sentimientos de impotencia, baja autoestima, temor, aislamiento social, disminución del rendimiento general, depresión, angustia e insomnio, entre otros. En un largo plazo los daños que genera este tipo de violencia van desde estrés postraumático, trastornos de angustia y/o pánico, trastornos alimentarios, abuso de sustancias psicotrópicas, ideación suicida y deterioro general de la salud física.
Sucede que cuando estas agresiones se dan sin que se llegue a la violencia física, la mujer agredida puede pasar años soportándola porque, aún así, ama a su pareja o no se atreve a romper el vínculo, por miedo a la reacción de él o porque siente que sufrirá más aún sin esa persona. Sobre este frecuente silencio permisivo de la mujer mal tratada psicológicamente, la doctora Oksenberg comenta: “Existen muchas mujeres que toleran esta violencia dentro de sus relaciones por diversos motivos. Uno de los primeros pasos para revertir la situación, es la toma de conciencia. Muchas mujeres tienden a negar o a minimizar la existencia de tal violencia y se dicen "no es para tanto", "no va a volver a ocurrir", "sólo lo dice porque está enojado", "yo tuve la culpa", "en el fondo me ama", y otras justificaciones sin fundamento. De esta manera, se perpetúa la situación de violencia, sin conciencia de que existe. Por otra parte, cuando ya es sostenida en el tiempo, muchas veces la mujer ya tiene una visión de sí misma muy deteriorada y no se siente capaz de producir un cambio en su situación; se siente impotente, incapaz y a veces incluso merecedora de tal agresión��?, señala la especialista.
Mujer rompe el silencio
Pero para salir de esa condición de víctima lo primero es asumir la situación y procurar un cambio. “Una vez que se adquiere conciencia de que se es víctima de violencia, puede iniciar un cambio en la interacción, entendiendo que esto no puede ser tolerado ni aceptado e intentando poner límite a esta situación. También es importante solicitar ayuda, sea a amigos, familiares o a terapeutas, que puedan reforzar la sensación de ser capaz de poner fin a la violencia��?, propone la psicóloga Oksenberg para salir de este complejo trance.

Existen terapias individuales o de pareja que pueden aminorar los daños de esta violencia y recomponer la relación para desterrar estas agresiones.

“Lo difícil es que estas personas consulten; el agresor la mayoría de las veces no tiene conciencia de problema y la víctima tiene temor o está en una posición de negación del problema. Pero una vez que llegan a consultar, hay muchas formas de ayudar. La persona violenta podrá entender las raíces de su violencia, y recibir ayuda que puede ir desde lo farmacológico hasta la elaboración de los conflictos que la llevan al ejercicio de la violencia. La víctima podrá también entender por qué ha tolerado esa situación y recibir ayuda para poder salir de eso y reparar en parte las secuelas de este daño��?, sostiene la profesional de la Universidad Católica y que en los últimos años trabajó en el Instituto Neuropsiquiátrico de Chile.

Por último la doctora Andrea Oksenberg afirma que esta violencia “sin moretones��? es un motivo frecuente de consulta, “Pero lamentablemente mucho menos de lo que debería��?, se lamenta la especialista.

“Por las razones antes señaladas, las personas no consultan o se demoran mucho en hacerlo. Hay temor, desesperanza, negación, amenaza. Y cuando se llega a pedir ayuda, es porque ya se ha dado un paso en el proceso, se ha tomado conciencia de la existencia de un problema, existe el deseo y la voluntad de producir un cambio y hay esperanza en recibir ayuda. Pero lo que ocurre más frecuentemente es que las víctimas consultan por los efectos, como depresión, angustia, problemas con el sueño o con la alimentación. Sólo luego de un período se llega a la situación de violencia que existe al interior de la pareja, pero no era el motivo de consulta inicial y muchas veces la persona no hace ninguna relación entre la situación de violencia que vive y las consecuencias que presenta?.

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