No aguanto a mi pareja


No aguanto a mi pareja

En la relación de pareja es indispensable que exista, además del amor, respeto, admiración y compañerismo. Cuando estos valores se pierden, la relación entra en bancarrota y sobreviene el desamor. En otros casos, se puede generar el abuso, el daño y la ofensa.

Por maltrato domestico entendemos a toda agresión física o verbal, sean golpes, empujones, violencia sexual, insultos, humillaciones, indiferencia, silencio o chantajes. En ello se hace perenne la subordinación de la parte débil y su desvalorización como persona.

La pareja victima es vista por su victimario, como un objeto con el cual se convive y tiene la obligación de servirle y cumplir con sus necesidades personales, o también como alguien con quien se pueden desahogar todas las frustraciones y presiones a los cuales estamos sometidos en la vida. El agravio se puede empeorar por el abuso del alcohol o de drogas del victimario.

Es bueno decir que las conductas abusivas se hacen normalmente presentes antes de la unión de la pareja y algunas mujeres se hacen la ilusión de que cuando se casen esto terminará. No debemos engañarnos, esto nunca acontecerá, por el contrario cada vez será peor. Si le está sucediendo, es preferible terminar la relación a tiempo que luego sufrir las consecuencias.

Se pueden tener desavenencias con la pareja producto de la convivencia pero no se puede llegar a la violencia ni al sometimiento. Hay quienes justifican una bofetada o un empujón pero en el momento en que esto comienza no se sabe como será el siguiente episodio el cual puede llegar a un incidente fatal.

Después de la peleas lo que sigue es el arrepentimiento, la promesa de no volverlo hacer y la consiguiente reconciliación. Esto no basta. Es necesario que la pareja se vuelva a encontrar, que haya un cambio desde lo profundo, y para ello en muchos casos es necesario acudir a una terapia de parejas.

Si no se logra la ayuda profesional y los problemas continúan, es necesario ir por auxilio y hacer las denuncias correspondientes. No es fácil dar el primer paso porque la vergüenza y el miedo controlan la situación, pero hay que vencerlo por nosotros y por nuestra pareja. Hay que evitar la tragedia.

La pareja es con quien hacemos nuestro hogar y tomamos la firme decisión de amarle, respetarlo y compartir. Es indispensable cultivar día a día la relación y permanentemente resaltar los valores positivos que avivan la llama del amor duradero.

Fuente: http://www.mujerdeelite.com

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