El ABC de los celos


Uno de los impulsos o emociones más intensos en el ser humano, y en las mujeres puede llevar desde inseguridad y obsesión hasta patologías de insospechadas consecuencias. Advertir su magnitud, saber reconocerlos y superarlos es más que oportuno. Celos normales o patológicos, en cualquier caso la gran mayoría de las mujeres ha sentido de manera esporádica o frecuente la inseguridad de sentir la pérdida de su pareja por distintas circunstancias. En el marco de una relación sentimental, el celo es la sospecha o inquietud de que alguien amado pueda mudar su cariño hacia otra persona. Desde la perspectiva clínica, los celos son un estado de suspicacia desde el cual una persona percibe, siente y cree, en el marco de una relación sentimental, que será desplazada por un rival, demandando exclusividad en una relación...

¿Por qué algunas mujeres son más celosas que otras? “Para comprender los celos en una persona debemos remitirnos a la propia historia del individuo y las vinculaciones del sujeto con las personas. Entendiendo sus circunstancias personales y su contexto, podríamos comprender las diferencias que hay entre personas normalmente celosas y aquellas patológicamente celosas”, afirma el psicólogo Rodrigo Torres.

Normales y patológicos

Torres discrimina cómo diferenciar los celos normales de aquellos llamados “enfermizos”, o patológicos por lo anormal del comportamiento. “Los celos son normales cuando existe un sano temor a perder la pareja, pero que sirve como impulsor de una relación más cuidada, protegida y placentera, resguardando y respetando la individualidad y autonomía de cada miembro. El temor exacerbado, la sensación recurrente de vulnerabilidad y la pérdida de límites entre el yo y el no-yo, configura un cuadro desde el cual la preocupación por el otro se va transformando en control”, señala el especialista, quien subraya sobre la relevancia del control como síntoma distintivo de una celopatía. “Cuando emerge el control, podemos pensar que nos encontramos en una situación anormal”, afirma el profesional.

Si en tu afán de controlar a tu pareja realizas algunos de las siguientes acciones pon atención, podrías estar presa de celos patológicos. En ocasiones el control puede ser sutil, como llamadas telefónicas sin aparente motivación; otras veces más explícito, como llamadas a intervalos regulares, preguntando dónde ha ido, recoger a la pareja en el trabajo; hasta llegar a una situación de evidente restricción, con control de movimientos, amistades, horarios, hasta una casi completa pérdida de autonomía por parte de la persona objeto de los celos.

Extremos

Seguridad total o inseguridad absoluta, el primer caso puede reflejarse en ausencia de celos y el otro en un avanzado nivel de ellos. “La celopatía más compleja o riesgosa es generalmente aquella que tiene un origen delirante. Ello, porque el delirio celotípico emerge como una realidad incontrastable para la persona que lo padece. Los delirios celotípicos se pueden observar en cuadros psicóticos, personalidades paranoides o narcisistas y requieren un abordaje especializado desde la salud mental. Sin pretender una taxonomía de los no celosos, hay por una parte quienes simplemente son indiferentes o no tienen un fuerte nivel de compromiso con la pareja, como para llegar a sentir disgusto frente a la posibilidad de la pérdida. Otras personas pueden comprometerse real y fielmente con los demás, valorando por sobre todo la autonomía y el libre albedrío”, concluye el experto.

El psicólogo también aborda otro aspecto de los celos, su distinto origen en el hombre y la mujer. “Los celos femeninos se manifiestan mayoritariamente cuando existe una percepción de que la pareja se vincula emocionalmente con un tercero; mientras, los celos masculinos se expresan en mayor medida ante la posibilidad de ver perdido el privilegio y exclusividad de tipo sexual”, advierte.

Pero cómo afectan los celos la vida cotidiana de la mujer y su pareja, “De muchas maneras. Basta pensar que los celos, en cualquier medida, reflejan cierto grado de restricción personal y del otro. La persona celosa se va enclaustrando cada vez más presa de sus ideas y sentimientos de vulnerabilidad; va perdiendo su autonomía y, dependiendo de la gravedad, sus acciones desplegadas con el fin de evitar el abandono real o imaginado de la pareja, van demandando cada vez más su propio tiempo y recursos. Evidentemente la persona cegada por los celos no necesariamente se da cuenta de ello, hasta que sus preocupaciones por el otro se convierten en obsesión, a la vez que hostilidad frente al mundo que sólo termina alejando cada vez más al ser amado”, sostiene Torres.

Pero los celos pueden ser superados con apoyo psicológico. “Cuando no existe una raíz psicótica de base, es posible que la educación en tolerancia, respeto y reconocimiento del otro funcionen bien. Para ello es especialmente recomendable una psicoterapia de enfoque sistémica, con algún complemento farmacológico que contenga la ansiedad. En trastornos psicóticos o de personalidad complejos, lo usual es la administración exclusiva de fármacos orientados a mitigar las elaboraciones delirantes que sostienen la celopatía”

No hay comentarios :