Cómo enfrentar una separación...Cuando quedamos solas…


Lo más importante en un proceso de separación de una pareja es, dentro de lo posible, tratar de hacerlo bien, ya que no se saca nada con actuar de mala fe, de manera vengativa y tratando de perjudicar al otro, especialmente si existen hijos. Para tener una separación lo más civilizada y sana posible, el psiquiatra Roberto Amon entrega algunas recomendaciones generales de cómo actuar en estas circunstancias.




La pérdida, ruptura o disolución de un vínculo afectivo significativo, como la separación o la pérdida de un ser querido, es para cualquiera de nosotras motivo de sufrimiento y el inicio de un proceso de duelo, en donde la persona experimenta una serie de cambios psíquicos, físicos, emocionales e incluso espirituales.

La intensidad y duración de estos cambios dependerá de múltiples factores, como por ejemplo el tipo de separación, ya sea esperada, repentina, apacible, violenta; la intensidad de la unión; si hubo terceros involucrados; características de la relación; edad de cada uno; factores de personalidad; apoyo social percibido; etapa ciclo vital familiar, ya sea con hijos pequeños o adolescentes; etapa de partida de los hijos; retiro de la vida activa, etc. Por tanto, así como cada vínculo afectivo es un único e irrepetible, también lo es su disolución.

El médico Psiquiatra de la Universidad Chile, Dr. Roberto Amon Jadue explica que las etapas por las que atraviesa una persona que experimenta una ruptura amorosa, son las mismas que en un duelo y son básicamente las siguientes, aunque no necesariamente de manera secuencial:

Etapa de Schock: Impacto inicial en el momento de la separación que puede cursar con alteración de conciencia (confusión y conducta desorganizada).

Activación: Intensa actividad destinada a comprobar, reaccionar, salvar, vengarse, etc.

Emociones Intensas: Llanto, desesperanza, rabia, miedo, tristeza, angustia. Alternadas con Negación de la separación.

Alteraciones del Sueño: insomnio, sueños recurrentes, pesadillas, etc.

Etapa Depresiva y de Desesperanza

Fase de Reparación o Recuperación

El psiquiatra explica que lo más importante en un proceso de separación de una pareja es, dentro de lo posible, tratar de separarse bien, ya que no se saca nada con actuar de mala fe, de manera vengativa y tratando de perjudicar al otro.
“Y esto es especialmente importante si existen hijos. Además debemos tener presente que todo fracaso de una relación, independiente de cómo se haya producido, traduce una disfunción en ambas partes de la pareja��?, aclara el profesional.

Para tener una buena separación o lo más civilizada y sana posible, el especialista entrega algunas recomendaciones generales de cómo actuar en estas circunstancias:
- Ser valiente y honesto consigo mismo y con el otro
- No desaparecer del domicilio sin dar explicaciones
- Evitar dañar al otro para no destruir los lazos familiares y de amistad
- Evitar enfrentamientos hostiles delante de los hijos
- No monopolizar a los hijos ni crear alianzas contra el otro progenitor
- Mantener cubiertas las necesidades básicas para que los niños no se inseguricen
- Informar los motivos de la separación de la manera más objetiva posible, y en forma conjunta por parte de la pareja
- Dejar claro a los niños que la ruptura es con la pareja y no con ellos
- Solicitar ayuda profesional en caso necesario


Errores que no se deben cometer

A juicio del Dr. Amon, lo peor que puede ocurrir en estos casos de separación es ocultar la situación o no hacerle frente, dejarse llevar por la rabia, odios y rencores, y embarcarse inmediatamente en una nueva relación.
“Todo esto hará el proceso de separación más difícil y prolongado, y creará espejismos que se traducirán en nuevos dolores y complicaciones��?, aclara.

En cuanto al tiempo que debería esperar ambas partes antes de iniciar una nueva relación, el psiquiatra señala que lo ideal es no iniciar una nueva relación hasta que la pareja haya integrado de manera satisfactoria esta pérdida en su biografía y recobrado su estabilidad emocional.
“Eso será fundamental para entregarnos de manera plena en una nueva relación. Lo anterior toma un tiempo muy variable, en algunas personas pueden ser 6 meses y en otras varios años��?, manifiesta.

El profesional agrega que a pesar de que las separaciones de pareja son una realidad, uno no puede iniciar una relación con la expectativa de que se va a producir un quiebre.

“Te imaginas que Carl Lewis, el mejor corredor de todos los tiempos, hubiera pensado antes de cada carrera, que pasaría si cuando estoy por llegar a la meta me caigo, o que tal vez si se esfuerza demasiado podría desgarrarse, simplemente en este momento no lo estaríamos recordando. Lo mismo pasa en las relaciones de pareja, uno no puede iniciar una relación con la expectativa de que se va a producir un quiebre. Si así fuera, a esa unión le va a faltar intimidad, profundidad y entrega. Uno debe embarcarse de manera natural en ellas y dejar que las cosas sucedan, es imposible evitar algún dolorcillo en esta vida, pero a mi juicio más vale participar de la experiencia de ser pareja y construir familia que quedarse como mero espectador��?, sostiene.

Y para ejemplificar sus palabras, el psiquiatra cita a un gran terapeuta de parejas alemán, Jürg Willi, quien señala “…seguramente todo matrimonio, y en especial toda familia, están llenos de problemas, obligaciones y crisis, que uno puede ahorrárselos no aventurándose en ese terreno. Quien se casa o funda una familia será sacudido violentamente por la vida, se expone a dificultades que siempre le exigirán hasta el límite de su resistencia, y no tendrá más remedio que esforzarse al máximo y en parte se sentirá fracasado; tendrá que ver más tarde que ha cometido ciertos errores que han producido consecuencias irreparables para él y su familia…pero precisamente por esa tragedia su vida puede ganar en dimensión humana

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