Las Circunstancias


Las Circunstancias

Muchas veces planificamos todo de manera perfecta y algún acontecimiento nos cambia todo. Considerar la existencia no es solamente analizar al individuo. La vida no es ser hombre o mujer, es "uno y sus circunstancias", como señalara Unamuno. Es como una rueda donde una vez estamos arriba y otras debajo, o más bien como una escalera en la cual a veces nos caemos y retrocedemos escalones. Afortunadamente, en cada caída no volvemos al principio sino que perdemos algunos peldaños. Esto nos permite comenzar de nuevo pero con la ventaja de conocer todo lo aprendido y transitado.

Las circunstancias son imprevistas, se pueden hacer planes y en parte cumplirlos, pero las ocurrencias a veces obligan a recorrer vías inesperadas. ¡Así es la vida! Cambian las cosas, el panorama, la sociedad donde vivimos, ocurren accidentes, imprevistos, se modifican situaciones sociales, políticas, laborales, familiares. Un fallecimiento de un ser querido o un enamoramiento. Cualquier cosa puede trastornar nuestra forma de ser, de sentir, pensar y de vivir.

Cuando alguna eventualidad acontece, no debemos buscar quién es el culpable. No somos nosotros mismos ni los demás, las responsables son esas circunstancias que nos hacen cambiar los planes y a veces hasta los objetivos.

Si en estos instantes usted siente que está pasando por momentos no previstos dado que las situaciones variaron fuera de su control, no pierda tiempo en estudiar qué o quién es el causante de que las cosas no hayan salido como esperaba, porque aunque lograra descubrirlo, eso no modificará la realidad. Las razones o las causas de las circunstancias no son el punto focal en este caso, lo lógico es enfrentar el nuevo contexto y salir adelante.

Por supuesto, si con su intervención usted puede reacomodar esas circunstancias a su favor, hágalo, pero si no está en sus manos hacerlo, entonces adáptese al nuevo escenario. Si la situación o el ambiente se alteraron entonces innóvese usted también y amóldese para cumplir sus fines, aspiraciones y sus metas inmediatas. Incluso, si fuera necesario, revise sus objetivos. Conocemos a muchas personas que un infarto, una enfermedad, un revés, conocer un amor, tener un hijo o un cambio no buscado en el trabajo, se han convertido en los puntos de partida para renovar, reformar y restablecer sus propósitos y reconstruir todas sus vidas.

No en balde la sabiduría popular lo dice muy a menudo: "Hay que adaptarse a las circunstancias". Sobre todo con fe en la Divina Providencia, en usted mismo y en todos sus seres queridos.

Fuente: http://psicologia.laguia2000.com/

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