El insomnio o las alteraciones del sueño


El insomnio o las alteraciones del sueño

Los trastornos del sueño son tan antiguos como la humanidad misma. La torturante imposibilidad de dormir afecta a seres humanos de todas las edades y condiciones.

La forma de vida actual, con sus prisas, su ritmo trepidante y sus exigencias, hace que cada vez sea mayor el número de personas que los sufren. De hecho, ¿quién no se ha pasado una noche dando vueltas en la cama porque alguna de las constantes preocupaciones de la vida cotidiana no le deja conciliar el sueño? El insomnio es uno de los problemas de sueño más comunes que existe.

Según diversos estudios, en el transcurso de un año, hasta un 30% de la población lo sufre, siendo más frecuente en mujeres y adultos, y apareciendo sólo de forma esporádica antes de esa edad. Se define como la incapacidad de lograr un sueño adecuado, que se manifiesta como dificultad para empezar a dormir, despertares prematuros, insuficiente cantidad de sueño o, en definitiva, la sensación subjetiva de no poder dormir cuanto o cuando se desea. ¿Cuánto hay que dormir?.

No existe un número fijo de horas, dependerá de lo que cada persona necesite para encontrarse al día siguiente perfectamente descansado. Además, esas horas varían según la edad de éste.

Tras el nacimiento, el bebé permanece la mayor parte del durmiendo y, así, un niño de un mes duerme unas 20 horas al día. Al año de edad, la cifra se reduce a 14 horas diarias, para ir disminuyendo cada vez más paulatinamente hasta los 25 años en que se necesitan 8 horas diarias, y ya a los 60, bastan 7 horas.

Sin embargo en las personas mayores de 60 a 70 años, se da también un mayor tiempo de latencia antes de dormirse, de despertares frecuentes y de menos profundidad del sueño, y hay que estar especialmente alerta ante el insomnio, ya que agrava la depresión de los ancianos. Existen otros factores que influyen en la duración del sueño, como la temperatura ambiente, el sexo (la mujer tiene un sueño más superficial por lo que necesita dormir más tiempo), la actividad física y la actividad mental, la alimentación, etcétera

Fuente: http://www.psicologiaparatodos.com

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