El Sexo Femenino al Volante


La mujer al volante ha demostrado ser en general, una conductora eficaz, prudente, respetuosa de las leyes y de las señales de tránsito, tolerante con los que conducen otros vehículos y cuidadosa con los transeúntes.

Esta afirmación se basa en las estadísticas que reflejan que la mujer tiene un comportamiento en el manejo de vehículos más disciplinado y apropiado que el hombre.

Hoy en día se atreven además a manejar taxis y hasta ómnibus y camiones con gran eficiencia.

Sin embargo, aún hoy muchos hombres que circulan con sus automóviles por las grandes ciudades, las autopistas o las rutas, desconfían de sus capacidades, las subestiman y les gritan groserías, principalmente cuando alguna de ellas comete la osadía de adelantárseles, o cruzárseles en alguna esquina sin semáforo.

¿Hasta cuando algunos hombres van a continuar tratando de mantener su machismo a costa de prejuzgar, someter y despreciar a las mujeres en cada oportunidad que se les presenta en la calle, para demostrar sin ninguna razón que son superiores?

Victoria Ocampo, (1890-1979), destacada intelectual escritora y editora argentina, embajadora virtual intelectual en Europa, primera mujer nombrada como miembro de la Academia Argentina de Letras, doctora honoris causa de la Universidad de Harvard, fue fundadora de uno de los primeros movimientos feministas argentinos, en 1936.

En un artículo publicado por “Autoclub” en 1965, esta escritora, que fue una de las primeras en Argentina en recibir el carnet de conductora, relata su experiencia al volante en épocas en que manejar un vehículo se consideraba una función privativa del hombre.

Además, hace referencia en esta publicación, al libro escrito por el profesor Ashley Montagu, un hombre de ciencia famoso en su especialidad, titulado “La Superioridad natural de las mujeres”, quien sostiene que la pretendida inferioridad de la mujer con respecto al hombre, es un error de juicio proveniente de muchos complejos y prejuicios creados por los varones.

Para apoyar su postura, este escritor aporta gran cantidad de datos y experiencias biológicas y sociales muy importantes; y el resultado de una seria encuesta realizada en Pennsilvania cuya conclusión revela, que los accidentes fatales provocados por hombres frente al volante superan a los de las mujeres un 8,9 por ciento.

El primer día que Victoria salió a manejar sola en un Packard descubierto, cuando tenía poco más de veinte años, se sintió abrumada por la reacción de desagrado y sorpresa de los conductores vecinos y hasta de los peatones que se atrevieron a agredirla verbalmente con gran cantidad de palabrotas.

“Machona” “Andá a lavar los platos”, eran algunos de los calificativos menos hirientes que recibió, que la hicieron sentir que se encontraba en una selva primitiva rodeada de salvajes cavernícolas que a pesar de los miles de años de civilización seguían obedeciendo a sus impulsos arcaicos.

Victoria se daba cuenta que ni bien el varón percibe señales de que la hembra tiene intenciones de competir en los ámbitos que considera propios, como por ejemplo, el manejo de vehículos, las artes, las ciencias, o una banca en la Cámara de Diputados, pierde la educación y la caballerosidad.

En esa época, la clase alta argentina tenía severos prejuicios que no eran exclusivos de los hombres sino también de las mujeres, hasta el punto de escandalizarse al ver a una joven de mangas cortas, manejando su propio vehículo.

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