El Llanto del Bebé
Para lograr identificar las causas del llanto de un bebé, entrevistó a profesionales especializados e investigó en la psicología infantil, sin dejar de lado respuestas de índole espiritual; y hasta indagó en la antropología, en el mundo del folklore y en el conocimiento popular.
Descubrió que un bebé tiene muchas razones para llorar, y que éstas pueden ser de origen orgánicas, psicológicas, emocionales, espirituales, energéticas, antropológicas y que también puede haber otros motivos.
En principio no solo hay que intentar calmar al bebé sino que también hay que lograr que los adultos se calmen, porque los estados de ánimo se transmiten y producen desequilibrios en los niños.
Las razones orgánicas, físicas y fisiológicas se relacionan con las necesidades primarias como el sueño, el pañal sucio, el hambre, el calor o el frío, las molestias por la vestimenta inadecuada, su necesidad de contacto y los presuntos cólicos intestinales que son tan difíciles de comprobar en un bebé.
Si las necesidades primarias están satisfechas pero el bebé continúa llorando, no se debe descartar la ayuda de un profesional para investigar posibles causas orgánicas de otra índole.
El llanto es una función que le permite descargar el estrés y restablecer el equilibrio ya que el bebé necesita contención y protección porque es muy sensible a los estímulos inarmónicos o violentos.
Según la teoría de Freud, la primera angustia del bebé es la del nacimiento. Winnicott agrega que el bebé se angustia porque se siente vulnerable y denomina a esa angustia “inconcebible”.
Tanto la madre como el bebé necesitan uno del otro para sentirse completos ya que ambos mantienen una conexión telepática y simbiótica después del nacimiento. Por esta razón es importante indagar sobre la conducta de la madre como una posible causa de su llanto.
Por más ayuda que reciba una madre, la responsabilidad última sobre su hijo siempre será de ella. La vida de una mujer cambia dramáticamente cuando tiene un hijo, sin embargo, todas sus obligaciones pueden seguir siendo las mismas y esto puede producir en una madre una crisis existencial que no podrá evitar transmitirle a su hijo.
El llanto de un bebé también puede tener su origen en un dolor reprimido durante la gestación. Se han observado en las ecografías gestos de disgustos en los bebés que podrían significar llanto.
La terapia primal, que combina elementos de psicología, neurología y biología, sostiene que los problemas emocionales, psíquicos o físicos se originan en un dolor reprimido durante la gestación, el nacimiento o la infancia temprana.
Esta terapia recomienda no reprimir el llanto sino acompañarlo con contacto físico y sostén.
El llanto es una respuesta neurológica a un estado de displacer, malestar, incomodidad o dolor, tanto físico como emocional.
Este reflejo neurológico, después del nacimiento se transforma en un modo de atraer los objetos que se desean y la forma de atender estas demandas pueden hacer que un individuo sano se convierta en un enfermo.
Las investigaciones antropológicas realizadas por Margaret Mead en Nueva Guinea a principios del siglo pasado, demostraron que el comportamiento hacia los recién nacidos es lo que hacía la diferencia entre una comunidad pacífica y solidaria y otra caníbal y beligerante. Los que sobreviven al maltrato se destacarán por el odio y el resentimiento y tendrán menos posibilidades de adaptación a su sociedad.
Por estas razones es tan importante satisfacer los requerimientos básicos del bebé, su necesidad de contacto físico y emocional y brindar la posibilidad de una relación de amorosa protección y sostén.
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