OSHO ¿Es el anhelo de amor una estupidez?


En lo profundo de mí hay un anhelo de amor permanente. ¿Es eso una estupidez?



El amor puede existir en dos dimensiones: horizontal o vertical. Estamos familiarizados con el amor horizontal; ésa es también la dimensión del tiempo. La vertical es la dimensión de la eternidad.

En tu corazón anhelas lo permanente; ahí has mal interpretado. Pero esa mala interpretación es casi universal porque conocemos sólo un plano: el horizontal, la dimensión del tiempo. En esa dimensión hay sólo dos posibilidades:

O algo es momentáneo, o es permanente. Pero lo permanente no es otra cosa que muchos momentos uno junto al otro; eso también empieza y termina. La permanencia no es eterna, no puede serlo. Nada puede ser eterno en el tiempo. Lo que nace en el tiempo está destinado a morir con el tiempo. Si hay un principio, hay un fin.

Y tu amor tiene un comienzo; empieza en un cierto momento en el tiempo. Entonces tiene que acabar. Sí, puede terminar más tarde o más temprano. Si termina rápido tú lo llamas momentáneo; si tarda un poco más de tiempo en llegar a su fin, lo llamas permanente. Pero esa permanencia tampoco llenará de satisfacción al corazón, porque el corazón anhela aquello que no acaba nunca, aquello que es para siempre. Es la añoranza de Dios. Dios es otro nombre para el amor eterno.

Pero la mente no sabe nada acerca de la eternidad. El corazón añora lo eterno, pero la mente continuamente interpreta los anhelos del corazón. Y la mente sólo conoce, o bien un amor vivido durante muy poco tiempo, o el amor vivido durante un poquito más de tiempo. Pero aunque el amor perviva un poco más, el miedo de que se acabe siempre estará ahí. Y tu miedo está justificado; se va a terminar. En realidad, durará más si no eres inteligente. Si eres muy, muy torpe y muy, muy poco inteligente te llevará mucho tiempo el darte cuenta de la futilidad de ese amor. Si eres muy inteligente se acabará rápido porque verás que no es gran cosa.

Cuanto más inteligente es una persona, más corta será la duración de su amor, del amor tal y como lo conoces. Por eso a medida que la Humanidad se vuelve más inteligente, el amor se va convirtiendo en un fenómeno de corta duración. En el pasado era casi permanente; no había algo como el divorcio. Todavía no hay algo como el divorcio en los países incultos. Cuanto más educado, culto y sofisticado se vuelve un país, el promedio de divorcios aumenta en la misma proporción, por la sencilla razón de que la gente se da cuenta de que se aburre el uno del otro. No tiene sentido seguir alargándolo, es mejor terminar.

Pero la mente puede terminar una cosa e inmediatamente sustituirla por otra ilusión, una y otra vez. La mente no aprende. Incluso la persona inteligente sigue sin aprender. Y la mente se ha hecho tan poderosa que nada de lo que surge del corazón llega nunca a ti, a tu ser, sin que ella la interprete.

El corazón dice "eternidad" y la mente interpreta "permanencia". Ahí es donde te equivocas. El anhelo del corazón es una dimensión vertical; ésa es la dimensión de la meditación.

No te estás comportando como un estúpido por culpa del anhelo del corazón, sino que lo estás interpretando mal. Tú anhelas un amor que nazca de la meditación, que no nazca de la mente. Ese es el amor del que hablo continuamente. Ese es el amor del que habla Jesús; ése amor es Dios. No es tu amor; tu amor no puede ser Dios. Tu amor es solamente un fenómeno mental; es biología, es fisiología, es psicología, pero no es eterno.

Te sugiero que si realmente estás dispuesto a satisfacer el anhelo de tu corazón, olvides entonces todo lo referente al amor. Primero dedícate a la meditación, porque el amor surgirá de la meditación. Es la fragancia de la meditación. Meditación es la flor. Deja que se abra. Deja que te ayude a moverte en la dimensión de lo vertical, en la no mente, en la ausencia de tiempo, y entonces, de pronto, verás que la fragancia está ahí. Entonces es eterno, entonces es incondicional.

Ningún sueño puede ser permanente y tu amor es un sueño. Y la mente sólo puede soñar; no puede darte la realidad.

Sal de la mente. Olvida todo sobre el amor. No tienes ninguna comprensión del amor; no puedes tenerla. Sólo a través de la meditación cambiarás la dimensión de tu ser. De la horizontal pasarás a la vertical. De vivir en el pasado y en el futuro... Ahora bien, ¿por qué ese querer la permanencia? "Permanencia" quiere decir que estás tratando de contar incluso con el futuro. Quieres que siga siendo como es, aun en el futuro, pero, ¿por qué? En realidad ya debe de haber volado lejos; sólo entonces empiezas a pensar en lo permanente.

Cuando dos amantes están realmente ilusionados no piensan en la permanencia de su amor. Pregunta a cualquier pareja de amantes en sus días de luna de miel; no les importa. Saben que van a estar juntos para siempre.

Pero en el momento en que empieza a escaparse de tus manos, la mente dice: "Ahora aférrate. Hazlo permanente. Haz todo lo que puedas para hacerlo permanente. No te fijes en las fisuras que se están produciendo. No mires, evítalo, olvídalas del todo. Sigue tapándolas, arréglatelas de algún modo".

Pero estás pidiendo lo imposible.

Yo te puedo enseñar meditación y desde ella surgirá una cualidad diferente de amor . Entonces no será tontear. Entonces será sabiduría, no tontería. Entonces no "caes enamorado" (*); te elevas en el amor. Entonces el amor es una cualidad tuya.

Así como la luz rodea a la llama, el amor te rodea. Tú eres amoroso, eres amor.

Entonces es eterno. No está dirigido a nadie. Cualquiera que se acerque beberá de él. Cualquiera que se acerque a ti resultará fascinado por él, enriquecido por él. Un árbol, una roca, una persona, un animal, no importa. Incluso si estás sentado, solo... Buda, solo, sentado bajo su árbol está irradiando amor. El amor está constantemente lloviendo a su alrededor. Eso es eterno y ése es el verdadero anhelo del corazón.

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