OSHO: ¿Cómo es posible relajarse con la certeza de la muerte?
Pregunta: ¿Cómo es posible relajarse con la certeza de la muerte ?
Osho:
Primero, es posible relajarse sólo cuando la muerte es una certeza. Relajarse es difícil cuando las cosas son inciertas. Si sabes que morirás hoy, todo el miedo a la muerte desaparecerá. ¿Cuál es la razón de perder el tiempo? Tienes que vivir un día; vive tan intensamente como te sea posible. Vive tan totalmente como te sea posible.
Sucedió realmente que a un hombre le dijo su doctor: «Tienes sólo seis meses más de vida, ni un sólo día más, así que si quieres terminar todo, termínalo. Si has querido hacer algo, hazlo».
El hombre era muy rico y siempre había tenido la idea de recorrer el mundo y visitar todos los lugares hermosos, pero siempre surgían problemas y esto hacía que siempre lo estuviera posponiendo. Ahora no tenía tiempo para postergarlo. Ordenó que le hicieran bonitos vestidos. La gente no sabía que fuese tan extravagante. Comía la mejor comida, compró la mejor casa de la ciudad, cerró todos sus negocios ¿Qué necesidad había de mantenerlos? Durante seis meses tuvo más de lo que deseaba; pudo vivir como un rey.
Fue alrededor del mundo visitando todos los sitios bonitos, toda la gente hermosa del mundo. De hecho, simplemente se olvidó de morir. En el momento en que regresó a su casa, habían pasado seis meses hacía ya mucho tiempo. Fue al doctor a agradecérselo.
El doctor le dijo: «¿Todavía estás vivo? ¿Cómo lo lograste? Porque la enfermedad era tan grave que tenías que morir en seis meses».
El hombre le dijo: «Una vez que tuve la seguridad de que iba a morir, la muerte ya no fue un problema sino una certeza. Tenía seis meses para vivir, así que quería vivir tan multidimensionalmente como fuese posible y por vivir tan totalmente y tan intensamente, quizás me olvidé de morir en el momento adecuado». El doctor lo examinó. Su enfermedad había desaparecido. ¡Esos seis meses habían sido de tal relajación, profundidad y de una alegría tan festiva.
que la enfermedad desapareció!
La certeza de la muerte es una de las cosas más afortunadas. Y la muerte nunca ha sido tan segura; tan segura para toda la Humanidad. De hecho, la gente debe dejar de crear materiales de guerra. En lugar de pelear con sus vecinos, deben comenzar a cantar y bailar con ellos. El tiempo es tan corto que no puedes hacer frente a la lucha. La gente debe olvidar todas sus diferencias de religión y comunismo, socialismo y fascismo. Todas esas diferencias son buenas cuando tienes suficiente tiempo, pero el tiempo es muy corto. No puedes afrontar todas esas diferencias de ser cristiano, hindú o musulmán.
Sólo la falta de tiempo y la certeza de una muerte global puede traer una transformación. Quizás te encuentres en la misma situación que este hombre, que el mundo no se divida más en naciones, que no se divida más en religiones, luchando continuamente, y comencemos por primera vez a disfrutar juntos de este hermoso planeta.
Puede que la muerte no llegue, la muerte no puede llegar a la gente que vive muy intensamente y muy profundamente. Y aún, si llega, estas personas que han vivido totalmente le dan la bienvenida, porque es un gran alivio. Están cansadas de vivir, han vivido tan totalmente, tan intensamente, que la muerte llega como un amigo. Así como la noche llega después de todo un día de intenso trabajo como una gran relajación, como un hermoso sueño, igual lo hace la muerte. La muerte no tiene nada de feo; no puedes encontrar nada más limpio.
Si el miedo a la muerte aparece, quiere decir que hay unas pocas aberturas que no se han llenado con el vivir. Así que todos esos miedos a la muerte son muy indicativos y de mucha ayuda; te muestran que tu danza tiene que ir un poco más rápida, que tienes que quemar la antorcha de tu vida por ambos lados a la vez.
Danza más rápido de modo que el bailarín desaparezca y sólo la danza permanezca.
Entonces no hay posibilidad de que ningún miedo a la muerte te visite. Si estás totalmente en el aquí-ahora, ¿quién se preocupa por el mañana? El mañana se cuidará a sí mismo. Jesús estaba en lo cierto cuando rezaba a Dios: «Señor, dame el pan de cada día». No estaba ni siquiera preguntando por el mañana, simplemente el hoy es suficiente en sí mismo. Y tienes que aprender que cada momento tiene una consumación.
El miedo de tener que dejarlo todo viene sólo porque no estás viviendo completamente el momento; de otra forma no hay tiempo y no hay muerte y no hay espacio.
De hecho, mi continuo énfasis en que existe una posibilidad de que todo este mundo se destruya es para ayudarte a vivir intensamente, ahora mismo, porque puede que no exista ningún mañana.
Estás en una situación muy especial de la historia de la Humanidad. La gente siempre tenía tiempo para posponer; tú no lo tienes. Tu situación es única. Usala; no para preocuparte, porque esto no apartará al mundo de su final. Usa todo el tiempo que te queda para vivir tan profundamente que diez años equivalgan casi a cien.
Una vez se le preguntó a un mercader: «¿Cuántos años tienes?» Y él dijo: «Trescientos sesenta años».
El hombre no lo podía creer. Le dijo: «Por favor, repítelo. Quizás no lo haya oído muy bien».
El mercader gritó y dijo: «Trescientos sesenta años».
El hombre le respondió: «Perdóname, pero no lo puedo creer. ¡No aparentas más de sesenta!».
El mercader dijo: «Tienes razón. En lo que concierne al calendario, tengo sesenta años. Pero en lo que concierne a mi vida, he vivido seis veces más que ningún otro. En sesenta años, he procurado vivir trescientos sesenta años».
Depende de la intensidad.
Existen dos maneras de vivir. Una es como el búfalo; vive horizontalmente, en una sola línea. La otra forma es la de un Buda. Vive verticalmente, en altura y en profundidad. Entonces, cada momento puede volverse una eternidad. Y, a menos que aprendas el arte de transformar cada momento en una eternidad, no has estado conmigo; te lo has perdido.
El mundo puede terminar, puede que no termine, esto no me importa. Pero sigo insistiendo en que finalizará por una sencilla razón: para despertarte. Y no pierdas tu tiempo en trivialidades, pero vive, canta, baila, ama tan totalmente y tan rebosante como seas capaz; y ningún miedo interferirá y no te preocupará lo que vaya a pasar mañana. El hoy es suficiente en sí mismo. Vívelo, es tan amplio; no deja espacio para pensar en nada más. Si no lo vives, surgen las preocupaciones, surgen los miedos.
No soy solamente yo el que está enfatizando el hecho de que el mundo está llegando a su fin. Es sólo una coincidencia que junto con mi insistencia, la situación del mundo es la prueba de lo que estoy
estoy diciendo. Pero Jesucristo, hace dos mil años, dijo lo mismo; Gautama el Buda, hace veinticinco siglos, dijo lo mismo.
Es un viejo ardid para despertarte. A menos que sepas que tu casa se está quemando, no saldrás de ella corriendo. Y Jesús y Gautama el Buda lo usaron como un ardid sin ninguna realidad correspondiente.
También lo estoy usando como un ardid, pero no es sólo un ardid. Por primera vez, el mundo está realmente en posición de cometer un suicidio global.
Tú sencillamente vive, ama y haz de cada momento un profundo éxtasis.
Todos los miedos desaparecerán. Y si toda la Humanidad me escucha, quizás el mundo no se acabe, quizás podamos continuar. El viejo hombre puede morir y un hombre totalmente nuevo, con nuevos valoress, puede surgir para reemplazarlo.
Suscribirse a:
Enviar comentarios
(
Atom
)
No hay comentarios :
Publicar un comentario