Cuento: El elefante y el circo


un árbol de cuajo con su propia fuerza, podría, con facilidad, arrancar la estaca y huir. El misterio era evidente: ¿Qué lo mantiene entonces? ¿Por qué no huía?.
El elefante del circo no se escapaba porque había estado atado a una estaca parecida desde muy, muy pequeño. En aquel momento el elefante empujó, tiró, sudó, tratando de soltarse. Y a pesar de todo su esfuerzo, no pudo. La estaca era ciertamente muy fuerte para él. Se dormía agotado, y al día siguiente volvía a probar, y también al otro y al que le seguía… Hasta que un día, un terrible día para su historia, el animal aceptó su impotencia y se resignó a su destino. Este elefante enorme y poderoso, no se escapa porque cree que no puede. Él tiene registro y recuerdo de su impotencia, de aquella impotencia que sintió poco después de nacer. Y lo peor es que jamás se ha vuelto a cuestionar seriamente ese registro. Jamás intentó poner a prueba su fuerza otra vez.

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