El gran éxito popular del carnaval es que descubre un rincón de libertad de las normativas sociales y religiosas

Este vocablo proviene del término italiano Carnavale o Carnem levare que significa "apartarse de la carne o "quitar la carne". El Diccionario Histórico de la Lengua Española lo define como "el período de los tres días que preceden al Miércoles de Ceniza".

El Carnaval ha constituido un desate previo a las privaciones y restricciones y en algunas ciudades se caracteriza por el exceso en la satisfacción de los impulsos y las emociones.

Desde el punto de vista psicológico, hay un permiso, una especie de tiempo de tolerancia para vivir una "fantasía" aceptable socialmente. Existe en el ambiente un humor exaltado, donde la alegría reina por doquier, se produce una pérdida de las inhibiciones que normalmente se tienen en el ámbito social, lo cual da lugar a comportamientos relacionados con las "bajas pasiones", desenfrenos sexuales, de alimentación y de bebida. Por otra parte, también el carnaval se asocia a vacaciones y al descanso laboral. Quienes no se suman a las fiestas carnestolendas aprovechan el momento para viajar y disfrutar de un buen respiro y reposo.

Durante el Carnaval muchas personas se permiten comportamientos desinhibidos. Se crea un espacio para la liberación y la catarsis o para vivir ilusiones reprimidas.

En la celebración inicial de las fiestas que anteceden al Carnaval no se admitían hombres y las mujeres se entregaban al libertinaje, pero al ser iniciados también los varones en este festival, las reuniones adquirieron tintes orgiásticos con borracheras generalizadas que propiciaban todo tipo de actos licenciosos, mientras los participantes bailaban y bebían sin cesar, brindando el primer sorbo de vino a Baco, el segundo a Venus, y el tercero a la Lujuria.

Las bacanales se hicieron cada vez más desenfrenadas hasta que acabaron siendo prohibidas por el Senado Romano en el año 186 a.C.

Tanto las autoridades civiles como las eclesiásticas han intentado controlar, y a veces hasta prohibir, la celebración del Carnaval, el cual siempre les ha causado recelo, debido a su característica intrínseca de subvertir las normas.

El gran éxito popular de este tipo de celebración, es que posibilita una experiencia excepcional que descubre un rincón de libertad total de las normativas sociales y religiosas, y por esta razón, quienes primero se adhirieron a las fiestas antiguas fueron las mujeres, seguidas de los esclavos y extranjeros, es decir todos aquellos que se sentían marginados dentro de la estructura social.

No hay comentarios :