Como las posesiones afectan nuestra percepción: 6 rarezas del ser dueño


Continuando con su serie de artículos sobre el hombre y el dinero, PsyBlog ha lanzado un nuevo articulo sobre las rarezas del ser dueño. Antes vimos el efecto que lo gratis tiene sobre nosotros ahora es el turno de lo que nos pasa cuando tenemos algo.


Cualquiera que haya intentado vender su casa, su auto, su colección de discos o cualquier otro objeto rápidamente descubre que raramente hay, entre el feliz poseedor y el potencial comprador, acuerdo sobre el precio en cuestión.



Si hojeamos los clasificados del periódico enseguida notamos que existen una variedad de objetos a la venta cuyo precio nos parece sobrevaluado.
No hay duda que los vendedores buscan obtener el mejor precio posible y a veces hasta sobrevalúan con el objetivo de dar lugar a la negociación, pero esto no alcanza para explicar porque a veces la gente pone precios ridículamente altos. Los economistas tienen una posible respuesta ya que sostienen que la posesión tiene un extraño efecto sobre nosotros.
Dan Ariely, en su libro Irracionalidad Previsible , destaca seis extraños efectos que tiene el ser dueños de algo:

-Cuando tenemos algo empezamos a sentirnos vinculados afectivamente a ello, por eso en cuanto poseemos algo, lo vemos como más valiosos que antes.

-Cuando vendemos algo tendemos a enfocarnos más en el objeto que se pierde que en el dinero que se gana. Como nos sentimos atados emocionalmente al objeto que tenemos nos molesta perderlo, así ponemos precios altos porque creemos que compensa el precio de nuestro sufrimiento por el objeto.
-Asumimos irracionalmente que los demás comparten nuestra perspectiva: Mientras nosotros amamos la camiseta que usamos en el concierto de los Rolling, para los demás es sólo un viejo trapo altamente sobrevaluado.
-Si nos esforzamos en un objeto, armándolo o pintándolo tiene para nosotros valor agregado. Ese objeto a nuestros ojos vale más que si lo hubiésemos comprado listo para utilizar. Pero perdemos de vista que el comprador no puso en el ningún esfuerzo y poco le importa el que hayamos puesto nosotros.
Ariely agrega dos efectos más:
-El primero en relación a lo que ocurre con los objetos en Ebay, que pasa cuando somos dueños virtuales. En este tipo de operaciones empezamos a sentirnos dueños de algo aún antes de tenerlo, esa sensación de que ya es nuestro hace que nuestra ofertas se hagan cada vez más altas, sobrevalorando el precio original.
-El otro, en relación a las famosas tácticas de satisfacción garantizada. Muchas marcas publicitan sus productos alegando que si uno no esta conforme con ellos tiene 30 días para devolverlo. ¿Porqué entonces jamás devolvemos nada? Pues aquí tenemos nuevamente el vinculo afectivo, después de usarlo y probarlo ande bien o ande mal es nuestro y no queremos devolverlo.
¿Entonces, con tanto amor que sentimos por nuestros objetos como vamos a querer venderlos, y si lo hacemos como nos van a dar tan poco por nuestros pequeños tesoros?
Vía : PsyBlog
Imagén: Flickr

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