Abstinencia sexual mediática, y la no existencia de la relación sexual


Actualmente en Argentina se esta dando un fenómeno que podríamos clasificar de extraño. Las vedettes, sensuales y exuberantes mujeres, salen en los medios de comunicación afirmando, con tono lastimero aunque con un dejo de orgullo que hace meses que no tienen relaciones sexuales. Más allá de lo discutible que puede ser el hecho de hacer de la vida privada un caso público es interesante recortar el tema para subrayar algunas cosas.

En el mundo actual, al menos en su parte occidental, podemos ver que cada vez se impone más como un imperativo social el gozar de una buena vida sexual, plena y en lo posible escandalosa. Así, hasta hace poco el boom mediático consistía en exponer la cantidades, calidades y posiciones que cada quien practicaba en su intimidad (basta recordar a Iliana Calabro hablando cada vez en Show Much sobre la pose elegida).

Así se impone como orden el gozar, como imperativo social. Y si una persona no logra la excelencia en el sexo puede estar tranquila ya que miles de revistas y artículos irán en su ayuda para decirle las 100 formas de gozar más y mejor, tener múltiples orgasmos, complacer al otro, que te complazcan y tantas cosas como uno desee saber.

Pero he aquí la cuestión: poco del sexo pasa por el saber. Lacan repitió hasta el hartazgo que no hay relación sexual, la relación sexual no existe. Esto es tan sólo una forma de llamar a la castración, del hecho de que no hay lo que complete al hombre por el hecho de que el hombre ha perdido su condición de animal, no hay instinto que le diga como y de qué gozar.

Aquello que se ha perdido en lo animal, el hombre busca suturarlo con palabras allí donde iría el objeto ponemos las palabras que es lo único que tenemos, pero aun así estas no alcanzan y no hay relación sexual que pueda escribirse, ni recetarse, ni darse igual para todos. Razón por la cual las revistas podrán seguir escribiendo ad infinitum y los sexólogos recetando y aun habrá malestar en la sexualidad, desentendidos, desencuentros y a veces también, aunque sólo sea temporaria: abstinencia.

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