Mantener el misterio provoca placer


Cuando recibimos un regalo de alguien sin motivo aparente, empezamos a oír las sirenas en nuestra cabeza y repiquetea la pregunta ¿que querrá esta persona de mí?.
Naturalmente nos sentimos inclinados a buscar una explicación para semejante acto de bondad y tratamos de descifrar que “motivo oculto” tiene el regalador.
El problema es que estas suposiciones le quitan lo placentero al hecho de recibir un regalo. A veces incluso es mejor permanecer en la ignorancia y disfrutar del momento, puesto que en cuanto sabemos la explicación, el misterio se desvanece y junto con el, parte de nuestro placer. Al menos esto es lo que han descubierto un equipo de psicólogos de la Universidad de Virginia a través de una serie de experimentos.
El primer experimento (Wilson, Centerbar, Kermer & Gilbert, 2005) se realizó con los estudiantes del campus universitario. Los investigadores distribuyeron entre los estudiantes cartas con una moneda de un dólar pegada. Todas las cartas estaban ilustradas con una cara sonriente y una frase que decía ¡Esto es para ti!, pero luego se dividían en dos grupos, marcando una diferencia muy pequeña. La mitad de las cartas decían “La sociedad de la sonrisa. Somos una comunidad universitaria que busca promover actos de generosidad, que tengas un gran día”.
La otra mitad de las cartas decían lo mismo pero se les agregabas las correspondientes preguntas, es decir ¿Quienes somos? ¿Porque hacemos esto?. Entonces, las cartas tenían la misma información, sólo que presentada con un pequeña diferencia. Un estudio preliminar determino que las cartas con las preguntas contestadas eran vistas cómo teniendo una explicación lógica, mientras que aquellas que no tenían las preguntas eran percibidas como más misteriosas.



Una vez repartida una carta a cada estudiantes, se evaluó su estado de animo. Como se resultado se observó que los estudiantes que recibieron las cartas misteriosas estaban más alegres que los que recibieron la carta con la explicación. Así es que parece que el misterio prolonga el placer.
Los investigadores llevaron a cabo un segundo experimento. Esta vez los estudiantes veían un film supuestamente basado en una historia real. Después de mirar el film se les preguntaba que imaginaban ellos que había pasado con el protagonista de la historia. Se dividió a los estudiantes en dos grupos, a uno de ellos se les contó como era final de la historia y a otros de los mantuvo en el misterio. Nuevamente los estudiantes mantenidos en el misterio se sentían más alegres.
Lo que ocurre según los investigadores es que la explicación o conocimiento de una situación reduce la intensidad de la emoción, sea esta positiva o negativa. Por ejemplo, cuando estamos esperando la nota de un examen, la incertidumbre nos provoca ansiedad, pero en cuanto recibimos la nota esta ansiedad se atenúa.
Lo mismo ocurre para las situaciones placenteras, cuando encontramos la explicación de un regalo inesperado, cuando conocemos en persona a nuestra cita a ciegas o cuando nos explican el final de una película que no entendimos, la sensación de placer que suponía la investigación mental que uno ha llevado a cabo se atenúa o desaparece.
Vía | PsyBlog
Imagen: Flickr

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