Las crisis y las rupturas de pareja
La existencia de amor no impide que se puedan producir crisis en la pareja. Sin embargo el amor puede convertirse en un elemento de apoyo para intentar buscar una solución en una crisis de pareja. El manejo de las crisis es peliagudo, porque una crisis mal cerrada puede ser el comienzo del fin.
Cuando la crisis ya está configurada, la manera en que cada miembro de la pareja afronta los problemas viene determinado por la madurez emocional de cada persona, la habilidad que esa persona tenga para solventar los conflictos, cuanto ha durado la relación, que redes sociales tiene esa persona en las cuales guarecerse y también el momento personal que esa persona esa pasando.
Nadie tiene criterios para determinar cuándo una relación ha terminado, pero el tiempo que ha durado si puede ser un buen termómetro de si es posible la ruptura. También es distinto que la relación sea de simplemente de dos o cuando ya hay niños de por medio. Muchas parejas que han naufragado siguen juntas solo por los niños.
Por regla general las relaciones terminan cuando los elementos que hicieron que surgieran – afectividad, emoción, seguridad, disfrute sexual – han terminado. Llegado ese tiempo es necesario, que si la pareja quiere seguir hacia delante, se produzca un cambio.
Uno de los mejores métodos de lograr una solución a los problemas que aquejan a la pareja es que ambos miembros de la misma reconozcan que existe un problema grave en su relación. Este proceso de poner sobre la mesa lo que no te gusta del otro es difícil, ya que existen un montón de emociones, sentimientos y sensaciones. Es bastante difícil que en este tipo de situaciones las dos personas puedan hacer una reflexión tranquila de lo que les ha sucedido y por qué el “barco” hace agua.
Fuente: Consumer
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