Los mejores golfistas ven el agujero más grande


Un nuevo estudio nos revela que la imaginación puede tener un efecto directo sobre la forma en que percibimos el mundo. Esto puede ayudar a explicar porque los deportistas más exitosos perciben los balones, bates, agujeros de golf o cualquiera sea su objetivo cómo más grandes de lo que en realidad son.

Jessica K.Witt, profesora auxiliar de la Universidad Purdue, halló que los golfistas que son buenos en su juego son propensos a ver los agujeros de golf más grandes que el resto de los jugadores. Para llegar a esta conclusión, Witt y su equipo llevaran a cabo una serie de experimentos. En el primero de ellos, a 46 golfistas se les pidió que estimaran el tamaño de los agujeros después de jugar una partida de golf. El diámetro real de los agujeros de golf era de 10,8 centímetros. Para hacer la estimación se les mostraba a los golfistas un panel con agujeros que iban desde los 9 a los 13 centímetros de diámetro. Los resultados: aquellos que tuvieron una mejor performanc seleccionaron los agujeros más grandes.



Estos resultados son consecuentes con un experimento anterior realizado por Witt donde mostró que las personas que lograban batear una bola, recordaban la bola como más grande de lo que era. La pregunta que se desprende de estos resultados es si jugar mejor hace que el objetivo sea visto como mayor de lo que es, o si es la imaginación de un objeto como mayor de lo que es lo que hace que un jugador juegue mejor.

Aunque la investigación de Witt no da respuestas al respecto, otro estudio muestra cuanto influye la imaginación en la percepción del mundo. Joel Pearson, de la Universidad de Vanderbilt y colegas encontraron que la imaginación afecta tanto a la percepción futura como a la presente. En uno de los experimentos conducidos por Pearson los participantes debían imaginar un patrón de líneas verticales u horizontales. Luego se les presentaba un binocular con la imagen de líneas verticales para un ojo y horizontales para el otro ojo. Si bien los binoculares estaban hechos de tal forma, que se vieran ambas imágenes alternadas, cuando se les preguntaba a los participantes que era lo que veían, lo más frecuente era que respondieran diciendo que veían el tipo de línea que previamente les había tocado imaginar.
Uno podría pensar que se necesita imaginar algo por 10 veces o 100 veces antes de que lo que imaginamos haga su impacto” dice Frank Tong coautor del estudio, pero“nuestro estudio muestra que basta un segundo de imaginación para afectar la forma en que percibimos nuestro alrededor”.
Pearson encontró que el impacto con que la imaginación afecta la percepción varia de persona en persona y que posiblemente los buenos jugadores tengan más desarrollado el talento para visualizar los objetos a su medida.
Vía| PsyBlog

Imagen: Flickr

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