Inventando la realidad


Dicen que el cerebro reacciona igual ante algo que vemos que ante algo que imaginamos. Se supone que es un mecanismo de defensa, es decir, te puedes imaginar un peligro y tu cerebro reaccionará frente a este aunque no exista, para estar preparado. Pero no basta con imaginarlo, hay que sentirlo, que vivirlo, por ejemplo cuando vemos una película, a pesar de que es una ficción, y encima ni nos ocurre a nosotros, somos capaces de emocionarnos, de alegrarnos o de pasar auténtico terror.

Hasta aquí todo está claro, pero se me antojan preguntas, entonces ¿Qué es más importante lo que vives o lo que sientes? Es decir ¿”la realidad” o “tu realidad”?, y mejor aún, ¿Podrías inventar tu realidad solo imaginándola? Todos sabemos que la imaginación puede llegar a ser muy poderosa, tan simple como imaginaros algo bueno, no se, algo que os guste o que os gustaría, si lo hacéis bien seguro que hasta os ponéis contentos y alegres, aunque después al volver a esta realidad veías que solo ha sido algo imaginado, como una fantasía. Y también al revés, seguro que si os imagináis cosas malas (que no tienen porque pasar) seguro que os podéis hasta deprimir. Ahora pensad en cosas de índole sexual, a pesar de que no haya nada estimulante a vuestro alrededor, ni evidencias de que estéis a punto de practicar el asunto, seguro que si imagináis detalladamente podréis hasta alterar el cuerpo (ya sabéis a que me refiero).

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